Papa Francisco | Vaticano | Cardenales suspendidos, compro votos y debates que duraron meses: así fueron las opciones de papa más controvertidas de la historia | nofds | MUNDO




El 7 de mayo, el cónclave comenzará a seleccionar al próximo líder supremo de la Iglesia Católica. Este evento tiene su propia relevancia y particularidades, destacándose por ser la reunión que contará con el mayor número de cardenales (133) y de más países representados (71). Según los Vaticanistas, también se anticipa que habrá una variedad de candidatos con mayores posibilidades de ser elegidos para ocupar el puesto vacante dejado por el fallecimiento del Papa Francisco.
MIRAR: «Era un amigo que Dios quería que fuera una papa».
En otro aspecto, la controversia no se hizo esperar. Durante las ceremonias fúnebres en honor a Francisco y todos los preparativos relacionados con el cónclave, dos figuras notables, el peruano Juan Luis Cipriani y el italiano Angelo Becciu, fueron vistos en la Santa Sede. La presencia de estos dos hombres no es sorprendente, ya que cada uno ha tenido su propia historia complicada en relación con el Papa.
Francisco, como se sabe, había forzado al Exarzobispo de Lima a una jubilación anticipada debido a reclamaciones graves en su contra por abuso sexual; esto resultó en que Cipriani se exiliara en Perú, además de que se le prohibió vestir sus hábitos cardinales. Al cierre de este informe, Cipriani aún no había hecho declaraciones sobre si se retiraría de su papel en la Santa Sede.
El Exarzobispo de Lima fue a las ceremonias funerarias del Papa Francisco.
Por otro lado, Angelo Becciu es un personaje cuyas acciones han resonado en la esfera eclesiástica. Este hombre, despojado de sus derechos como cardenal en 2020 debido a investigaciones de corrupción y malversación de fondos, enfrenta un panorama complejo; en 2023, fue sentenciado a cinco años y medio de prisión por su participación en un escándalo. Recientemente, Becciu reveló su decisión de retirarse del cónclave, argumentando que era «por el bien de la iglesia.” Este anuncio siguió a la presentación de cartas que vinculaban directamente a Bergoglio en el caso, lo que complicó aún más su situación.
Sin embargo, debemos aclarar que el escenario actual está lejos de ser una rareza; a lo largo de la historia de la Iglesia, las controversias han sido recurrentes en momentos de selección del próximo vicario de Cristo.
Becciu renunció a su intento de participar en el cónclave después de que se le presentó dos cartas escritas por Francisco en su caso.
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Mano del emperador
A lo largo de los siglos, la responsabilidad de elegir al Papa ha sido objeto de muchas transformaciones. Inicialmente, la tarea recaía en el clero y el pueblo de Roma, quienes elegían sin un marco regulatorio claro. Sin embargo, entre los siglos V y VIII, los emperadores bizantinos empezaron a tener la capacidad de vetar candidatos que no les parecieran convenientes. Desde el siglo IX hasta el XI, tanto reyes como emperadores intervinieron activamente en este proceso de selección. Fue con la institucionalización del Colegio de Cardenales en 1059 que la elección del Papa pasó a ser exclusivamente de responsabilidad cardenalicia.
No obstante, la elección en 1241, tras la muerte de Gregorio IX, fue un claro ejemplo de cómo la política podía usurpar el proceso sagrado. El emperador Federico II del Sacro Imperio Romano, en abierta confrontación con el papado, tomó control del lugar donde se reunían los cardenales en Roma, cerrando su acceso y, para hacer las cosas más complicadas, arrestó a dos cardenales franceses para asegurar que no pudieran participar en la votación.
Lo que resultó fue un proceso caótico que duró dos meses, en el cual los cardenales prácticamente estaban atrapados. Finalmente, tras toda esta tensión, se decidió elegir a Celestino IV, quien lamentablemente solo pudo permanecer en el cargo durante 17 días antes de fallecer, sin haber sido siquiera coronado.
La elección que duró 3 años
La muerte de Clemente IV en 1268 marcó el inicio de un proceso de elección papal que se volvería histórico por su propia complejidad. En la ciudad de Viterbo, al norte de Roma, se reúnen los 20 Cardenales con derecho a voto. En ese momento, la regla estipulaba que el candidato debía obtener dos tercios de los votos. Sin embargo, las facciones divididas no permitieron una decisión rápida; las diferencias eran evidentes y irresolubles.
La muerte de Clemente IV dio paso a la elección papal más larga de la historia.
Este proceso se alargó, resultando en 34 meses de incertidumbre, ahora conocido como el Interregno Viterbo. La situación se tornó tan inusual que los mismos habitantes de las cercanías y autoridades locales terminaron involucrándose. Los cardenales, que estaban atrapados en el palacio papal, se les retiró el techo en un intento de que Dios iluminará sus deliberaciones, y la comida se racionaba durante los días con la intención de forzarlos a tomar una decisión rápida.
Tres cardenales perdieron la vida durante este prolongado proceso; sin embargo, los restantes crearon un comité de seis miembros que, finalmente, eligió a Gregorio X como el nuevo Papa. Este método de encerrar a los cardenales, conocido como la tecla clave, se convirtió en el procedimiento estándar para futuros cónclaves. El primer cónclave formalmente reconocido bajo estas condiciones se realizó en 1276.
En 1492, la tradición continuó con el primer cónclave celebrado en la Capilla Sixtina, que se convirtió en la sede oficial de los cónclaves papales en 1878.
La llegada de la Borgia
Después de la muerte de Inocente VIII en 1492, el cónclave se reunió en la Capilla Sixtina, donde 27 cardenales estuvieron presentes. Entre los favoritos para ocupar el puesto estaban Giuliano della Rovere y Ascanio Sforza. En ese período, la Iglesia había evolucionado en su papel, pasando a ser una influencia política considerable, lo que llevó a gobiernos como los de Francia y Génova a apoyar a Della Rovere con grandes sumas de dinero y tropas, mientras que Milán hacía lo mismo por Sforza.
No obstante, la gran sorpresa en el cónclave fue Rodrigo Borgia. A pesar de ser inicialmente rechazado por no ser italiano, este miembro de la infame dinastía Borgia logró conseguir el apoyo necesario y se convirtió en el Papa Alejandro VI. Su elección fue rodeada de acusaciones, como la simonía y el soborno. Se decía que Borgia utilizaba mulas cargadas de influencia economica para asegurar votos a su favor, además de emplear su posición como vicecanciller para otorgar títulos y favores.
Su papado se caracterizó por el nepotismo, escándalos, conspiraciones y violencia, inclusive se habla de envenenamientos y asesinatos dentro de su propia familia.
En 1492, Rodrigo Borgia se sorprendería al convertirse en el Papa Alejandro VI.
Sede francesa
Aunque el cónclave de 1305 que llevó a la elección de Clemente V no presentó excepciones notables en su proceso, es importante mencionarlo debido a la relevante huella histórica que dejó este pontificado. Muy pronto, tras asumir el papado, Clemente V tomó la decisión trascendental de trasladar la sede papal a la ciudad francesa de Aviñón, iniciando así un periodo que pasó a la historia como el «cautiverio de Aviñón». Esta etapa duró casi 70 años, durante el cual los papas residieron en Francia, bajo la influencia directa de la corona francesa.
Esta decisión también confirmó que los esfuerzos del Rey Felipe IV de Francia para influir en la elección del pontífice en 1304 habían dado frutos, marcando un cambio crucial en la historia de la Iglesia Católica.