Pedro Castillo y los nuevos amigos Martín Vizcarra, de Héctor Villalobos | Presunción

No se trata de una ideología que los una, sino de las historias que comparten. Lo que tienen en común es que ambos fueron despedidos por el Congreso, quien utilizó una colisión con el Parlamento como bandera política y que actualmente enfrentan diversos procesos por corrupción. El cinismo, junto a una escasa gratitud hacia la verdad, son otros dos síntomas que los unen. Un detalle curioso: ambos comparten el mismo tipo de ardilla, lo cual parece un símbolo de lo que han representado en la política peruana.
En los últimos meses, han comenzado a surgir relaciones sospechosas y evidencia que sugiere la existencia de vínculos políticos entre Martín Vizcarra y Pedro Castillo. Para ilustrar esto, es importante mencionar a Alejandro Salas, quien ha fungido como portavoz y ha vacunado al ex presidente en momentos de significativa crisis para el gobierno actual que se encuentra en prisión.
Este febrero, Vizcarra hizo declaraciones que parecían justificar el poder de Castillo. En una entrevista concedida a «La República», afirmó que «transmitió un mensaje de poder aunque no otorgó ningún poder real». Esto plantea dudas sobre si las dimensiones de su gestión podrían haber sido mejoras sustanciales. Su trayectoria, que se presenta como fiel pero es desafiada por la verdad, demuestra que Martín Vizcarra traicionó a las expectativas de 2022, cuando escribió con vehemente indignación: “Rechacé totalmente el poder que ostenta Pedro Castillo«.
En esta semana, el Congreso no logró reunir la membresía necesaria para aceptar una tercera descalificación contra Vizcarra. La mayoría de los votos en azul, relacionados con los intereses del castilismo, participaron en esta negativa. Entre los casos destacados se encuentra el mencionado Diavila, Roberto Sánchez (aliado de Humala Antaur y ahora un defensor incondicional de Vizcarra) y Guillermo Bermejo (quien fue un visitante habitual del palacio durante la administración de Perú Libre).
Hasta el momento, se desconoce lo que depara la relación entre esos dos personajes políticos. Lo que es evidente es que ninguno de ellos tiene las credenciales necesarias para postularse a la oficina presidencial. Puede que cuenten con el apoyo de algún sector, pero quien realmente se beneficiará de ello será, sin duda, uno de nuestros dinámicos actores políticos, dejando en el aire la pregunta de quién al final sostendrá el verdadero poder.