October 10, 2025

Office Address

123/A, Miranda City Likaoli
Prikano, Dope

Phone Number

+0989 7876 9865 9

+(090) 8765 86543 85

Ciencia y Técnología

más de 100.000 piezas eran de sus propios aliados – El diario andino

más de 100.000 piezas eran de sus propios aliados

 – El diario andino

Se podría hacer un informe kilométrico con los diferentes análisis que ha realizado la inteligencia ucraniana cuando se ha encontrado un artefacto ruso. Los drones han revelado en numerosas ocasiones que, en la guerra, las sanciones internacionales sirven de poco. Y no sólo drones, incluso en tanques. Ahora, y tras la brutal ofensiva rusa del pasado domingo, Ucrania ha vuelto a diseccionar al enemigo.

La sorpresa en este punto ya no es “quién”, sino “cuánto”.

La fragilidad de las cadenas. una noche de ataque masivo exhibió, con cruda claridad, una paradoja que se viene gestando desde hace tiempo en la guerra moderna: la capacidad destructiva de un Estado que se declara sancionado y aislado sigue dependiendo (y en gran medida prospera gracias a) los circuitos, chips y piezas que circulan en los mercados civiles y fabricantes de todo el mundo.

En el asalto nocturno que combinó 496 drones de ataque y 53 misileslas autoridades ucranianas contaron 102.785 componentes de origen extranjero incrustados en las municiones y artefactos que rasgaron el cielo del país; De ellos, alrededor de 100.688 estaban en drones (entre ellos unas 250 potentes réplicas del tipo Shahed) y el resto distribuidos en Iskander (unas 1.500), Kinzhal (192) y Kalibr (405). zelenski ha dicho Que Ucrania no sólo pretende señalar culpables: es un ejercicio forense que revela cómo todo, desde un convertidor hasta un microcontrolador, acaba acelerando la capacidad de persistencia del agresor.

Qué y desde dónde. Los componentes identificados abarcan piezas que la industria civil produce en masa: convertidores (analógicos y de potencia), sensores, convertidores analógico-digitales, microelectrónica y microcomputadoras, que, según Kievprovienen de empresas ubicadas en Estados Unidos, Reino Unido, China, Taiwán, Alemania, Suiza, Japón, Corea y Países Bajos.

Ucrania ha señalado ejemplos concretoscomo los microordenadores británicos para el control de vuelos, los microcontroladores suizos, los conectores alemanes, y ha subrayado que la mayor diversidad y volumen procede de China y Taiwán, lo que explica que, incluso cuando se restringen las piezas más avanzadas, la proliferación tecnológica siga alimentando arsenales.

Sanciones, doble uso e ilusión. El cifras y trazabilidad revelan la limitación esencial de las sanciones: el régimen internacional de control de exportaciones choca con complejas cadenas globales, agentes intermediarios y piezas clasificadas como de “doble uso” que circulan por mercados civiles y centros logísticos que no preguntan por el destino final.

Los estándares de cumplimiento para las empresas y los controles estatales son necesarios pero insuficientes en materia de reexportaciones, transbordos y proveedores que atienden a sectores no militares. Además, ni siquiera las grandes corporaciones tienen una visibilidad absoluta sobre la vida útil y el destino final de cada componente. La consecuencia práctica es una economía de guerra que prospera en la tenue frontera entre lo legal y lo oculto, entre la fabricación lícita y el uso bélico.

Política y geoestrategia. Si también quieres, el reacción ucraniana Es político y operativo: más allá de informar, Kiev transfiere los datos de las piezas y sus orígenes a sus socios para presionar para que se adopten medidas concretas. zelenski exige cerrar “ahora” los flujos de componentes críticos y propone restricciones adicionales, desde controles de embarque hasta bloqueos logísticos.

Expertos de la propia Ucrania ellos afirman una decisión coordinada a nivel del G7 que aborde las brechas de implementación y armonice las listas de verificación, los procedimientos de diligencia debida y las medidas de interdicción en puertos y rutas comerciales. Vladyslav Vlasiuk y otros funcionarios encargados de las sanciones ellos subrayan que sin una acción sistémica y sincronizada (inspecciones, seguros de carga condicionados, seguimiento de las reexportaciones) las prohibiciones quedarían en el papel.

Implicaciones industriales y éticas. Lo hemos comentado otras veces. El fenómeno también plantea una cuestión moral y práctica para la industria: hasta qué punto una empresa debe asumir la responsabilidad por el uso final de sus productos y qué inversiones requiere eso en trazabilidad, auditoría y controles de terceros.

Las respuestas técnicas hay (servidores de seguimiento, listas de partes controladas, certificaciones de integridad del cliente), pero tienen costos que, en la práctica, fragmentan los mercados y elevan los precios. Para los gobiernos aliados, la solución es endurecer los controles sin asfixiar las cadenas civiles críticas. Por las firmas, por redoblar diligencias y colaborar con las autoridades.

Guerra industrializada. En términos militares, la disponibilidad de estos componentes acelera la producción masiva de drones y misiles, reduce los tiempos de fabricación y dificulta el desmantelamiento de una amenaza que encuentra piezas en la economía global.

Las continuas oleadas de ataques que dañan la infraestructura civil y matan o hieren a no combatientes demuestran que las piezas no son meros objetos: son multiplicadores de daños. Para Ucrania, la batalla por las sanciones es, por tanto, otra línea de frente, y su éxito depende tanto de la eficacia diplomática y jurídica de sus aliados como de la capacidad técnica para rastrear y bloquear rutas logísticas.

Contención tecnológica. Recordaron el analistas de información privilegiada que cerrar las brechas requiere combinar diplomacia, inteligencia y regulación: armonizar listas de control, coordinar inspecciones portuarias, condicionar servicios de seguros y logística, y construir estándares internacionales sobre trazabilidad industrial.

También implica fortalecer las capacidades nacionales para la producción alternativa (reubicación de cadenas críticas) y reducir la dependencia de componentes estratégicos en jurisdicciones con menor control de las exportaciones. Sin embargo, ninguna medida aislada será suficiente: la experiencia demuestra que los flujos se adaptan muy rápidamente. Por eso Ucrania preguntar y necesitar una estrategia de extensión del G7 que combina sanciones inteligentes, presión sobre los intermediarios y un mapa claro de riesgos y responsabilidades.

Un diagnóstico incómodo. La verificación de aquellos más de 100.000 componentes extranjeros en un solo ataque queda una fotografía clara de cómo la globalización tecnológica ha reconfigurado los conflictos: ahora las vulnerabilidades ya no son sólo depósitos o bases de municiones, sino redes de suministro, contratos comerciales y puertos neutrales.

La lección para los gobiernos «amigos» de Ucrania es doble: suprimir el suministro es tan importante como proporcionar defensas, y para las empresas, actuar responsablemente no es sólo ético, sino también seguridad colectiva. Al final, la pregunta que plantea este episodio no es sólo técnica (cómo cortar esa cadena de suministro) sino politica y moral: hasta qué punto la prosperidad industrial puede sostenerse sin reglas de control y sin mecanismos eficaces que impidan que un chip aparentemente inocuo acabe provocando violencia a gran escala.

Imagen | Guardia Nacional de Ucrania

En | Rusia tiene una ventaja sobre Ucrania: se llama Soratnik y sus soldados lo llevan en la cabeza para adelantarse al enemigo.

En | Ucrania ha dividido un tesoro en seis lugares secretos. Si los drones rusos lo encuentran, el invierno será especialmente frío

About Author

Redactor Andino