Dura tarea para Quiroga o Paz en Bolivia: el pesado legado que deja el MAS tras casi 20 años de gobierno | MUNDO – El diario andino

Por primera vez en su historia, Bolivia definirá quién será su próximo presidente en una segunda vuelta. El senador centrista Rodrigo Paz, de 58 años y sorpresivo ganador de la primera vuelta, y el expresidente derechista Jorge Quiroga, de 65 años, serán los protagonistas de una reñida segunda vuelta este domingo 19.
Este escenario electoral inédito se da en nuestro vecino altiplánico porque la Constitución boliviana establece que un candidato puede ganar la presidencia en primera vuelta si obtiene más del 50% de los votos válidos, o al menos el 40% con una diferencia de diez puntos porcentuales sobre la segunda. Una de estas dos condiciones siempre existió en Bolivia hasta el 17 de agosto de este año, cuando se rompió la tradición.
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Uno de los dos, Paz o Quiroga, será el encargado de poner fin a casi dos décadas de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), encarnado por Evo Morales de 2006 a 2020 y por Luis Arce desde finales de 2020 hasta hoy, en un contexto actual de escasez de combustible y aumento del costo de vida que tiene a la nación vecina atravesando su peor crisis económica en 40 años.
La mayoría de las últimas encuestas dan una ligera ventaja a ‘Tuto’ Quiroga, que ocupó la presidencia entre agosto de 2001 y agosto de 2002, sobre Paz Pereira, hijo del ex gobernador Jaime Paz Zamora. Pero en Bolivia -como en muchas otras partes del mundo- la gente ya no confía mucho en las encuestas, ya que en la primera vuelta Paz apareció tercero o cuarto en ellas y acabó como el más votado con el 32,15% de los votos.
Pero ya sea Paz o Quiroga, quien reemplace a Arce tiene una tarea muy difícil por delante en medio de la frustración por la difícil situación que atraviesa el país. Los ajustes económicos que inevitablemente tendrán que hacer podrían generar protestas ciudadanas y, por si fuera poco, el ganador deberá buscar acuerdos en el Parlamento para obtener la mayoría.
Un sistema fallido
Sin dólares, sin combustible y con una inflación interanual que supera el 23% (la más alta desde 2008), las filas frente a gasolineras o comercios para comprar arroz, pan o aceite son cada vez más largas en las ciudades bolivianas y se acentúa el enfado de transportistas y productores de alimentos. Según analistas, el gobierno de Luis Arce casi ha agotado los dólares de sus reservas para sostener su política de subsidios universales. Un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que el PIB boliviano tuvo un crecimiento negativo del -2,40% en el primer semestre de este año.
Lista de naufragios
Dos pomposas promesas, como la política de industrialización y la explotación del litio, dejan inconcluso este panorama: unos 2.000 millones de dólares suspendidos en inversiones y un complejo industrial a la mitad de su capacidad. Además, según la agencia EFE, otros planes como la explotación de hierro, la producción de urea y la industrialización del azúcar no funcionaron en los cinco años del régimen de Arce. En concreto, la industrialización del litio quedó en el aire debido a observaciones insuperables sobre dos contratos con empresas de China y Rusia.
Un futuro oscuro
La defensa del actual jefe del Estado del modelo económico y lo que repite de que dejará al nuevo Ejecutivo con “una economía estable” suena cada vez más falsa y lejana. Extremadamente desalentadora, la proyección del Banco Mundial no miente: la economía boliviana se contraerá 0,5% este año y las perspectivas para los próximos dos años ubican a Bolivia y Haití como las naciones con crecimiento cero en nuestra región. Analistas como Mario Torrico, investigador de Flacso, destacan que las fallas de gestión «no vienen sólo del gobierno de Arce sino de la época de Evo Morales». La economía boliviana nunca pudo recuperarse del colapso del precio del gas, su principal producto de exportación.