October 26, 2025

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Política

José Jerí y Somos Perú | Crónica de Fernando Vivas sobre el partido del presidente y el nuevo gobierno | POLITICA – El diario andino

José Jerí y Somos Perú | Crónica de Fernando Vivas sobre el partido del presidente y el nuevo gobierno | POLITICA – El diario andino

Por lo pronto, hay una sola dirigente somista en el gabinete, la ministra de la Mujer, Sandra Gutiérrez, secretaria de organización del partido. Pizarro me dice que la escogieron porque tenía la información y la experiencia para el cargo. Se ve en esta elección de cartera y portadora, la impronta de Li al apostar por su congénere en un ministerio que en los años de Boluarte se vino a menos pero tuvo filo político en el pasado. Mis fuentes somistas callan en este punto, pero se percibió una tensión entre Jerí y el partido, que acabó en un prudente veto a la congresista Ana Zegarra. El domingo pasado a las 10pm, justo después de que aparecían en las redes listas tentativas del gabinete voceando a Zegarra para Mujer, a Alfredo Azurín para Interior y a Héctor Valer para la PCM; Jerí publicó en X: “El Gabinete de amplia base y de reconciliación nacional no estará integrado por ningún congresista de la República ni ministro saliente”.

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Valer no tenía mayor chance pues es fue breve premier de Pedro Castillo y, en pleno debate de la vacancia de Dina, dijo que luego de vacarla se debía elegir una nueva mesa. Además, cuando sus colegas cruzaban los dedos para que se quede Jerí, él abrió su bocota en sentido opuesto diciendo desde su curul que elegiría una nueva mesa. Luego lo vimos alinearse con el jolgorio somista, pero quedó su intervención flotando en el aire. Azurín tampoco habría motivado el post. Le consulté y a través de su equipo me aseguró que no fue llamado ni tenía la ambición de ser ministro del Interior. Azurín se apartó de la PNP siendo suboficial. Jerí buscaba un general en retiro, si era ex GEIN mejor. Azurín, más bien, reforzó la referencia que Jerí tuvo del general y ex GEIN, Vicente Tiburcio.

Vuelvo brevemente a Zegarra. Un reportaje de “Panorama” del 27 de julio denunció que Zegarra, vocera de la bancada, le habría cobrado a la empresaria Blanca Ríos para que esta consiguiera contratos de obras públicas. Los favores habrían incluido que Jerí, entonces presidente de la Comisión de Presupuesto, aprobase una partida presupuestal. El favor no se concretó y he ahí a la arrebatada mujer denunciando una presunta trama de Ana que salpicó a su colega José justo un día después de ser elegido presidente del Congreso. Si le ponía el fajín a Ana, hubiera revivido rápidamente el entuerto, golpeándolo tempranamente.

A pesar del candado, Jerí será asaltado por los fantasmas y denuncias del pasado somista; y por pedidos y presiones por venir. Recordemos, como botón de muestra, que Jaime Villanueva, el asesor de la ex fiscal de la Nación, Patricia Benavides, contó que Jerí indagó ante él por las investigaciones contra el ex gobernador de Áncash, Juan Carlos Morillo, que fue secretario general de Somos Perú. Jerí y otros somistas trabajaron para Morillo y ello es parte de una de las carpetas derivadas del ‘expediente madre’ como llaman en la fiscalía a la caja de Pandora que destapó y sacudió Villanueva.

“[Uvaldo Pizarro, vocero de Somos dijo a Jerí que] El partido respetará su independencia sin fastidiarlo con pedidos y demandas; pero que también sepa que tiene a su disposición una militancia con cuadros técnicos”. Foto: Archivo GEC

/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > ANTHONY NINO DE GUZMAN

Fuera de la ministra Gutiérrez, no hay somistas en el Gabinete. Mis fuentes del partido me reiteran que ellos se limitaron a proponer a Sandra para que ‘Jóse’ (así le llaman varios de sus amigos, acentuando la ‘o’) evalúe. Por supuesto que aceptó. Un presidente débil como él necesita el apoyo de su partido y, si es posible, de todos los que componen la mayoría congresal, Perú Libre incluido. Que lo sostengan mientras tiene en manos la papa caliente.

No la vieron

Las teorías de la conspiración se estrellan todos los días contra la improvisación política nacional; pero más aún con lo que sucedió el jueves 9 de octubre. La frase de Dina recomendando no contestar números desconocidos a las potenciales víctimas de extorsión fue como una letal fuga de gas que hizo combustión con los disparos al escenario en el que cantaba Agua Marina. Renovación Popular (RP) fue la primera bancada en aprovechar el pánico para lanzar una moción de vacancia. Si lo hacían bancadas de izquierda, el asunto no escalaba; pero RP puso contra las cuerdas a su rival y competidor esencial, Fuerza Popular. Al sumarse el fujimorismo, se selló la suerte de Dina. En Somos decidieron plegarse, aunque sí hubo un discreto cálculo: la bancada y el partido habían decidido votar a favor de la vacancia desde temprano, pero decidieron comunicarlo luego de las demás bancadas. No querían parecer interesados que uno de los suyos fuera presidente. Pero claro que lo estaban.

¿Qué partido municipalista con muchos GORES y alcaldías en su haber aunque jamás la de Lima, que nunca llegó a segunda vuelta, que saltó algunas vallas raspando; va a despreciar la oportunidad de ser gobierno por 8 meses sin disparar un solo tiro? Ninguno. La dirigencia somista calculó algunas formas para no parecer angurrienta, pero, en el fondo, primó el azar. Es cierto que Jerí, con apoyo de su partido y de los vacadores que no querían comprometerse con un convulso gobierno de transición que perjudique sus campañas, decidió quedarse. Es cierto que pudo renunciar apenas vacada Dina y forzar la elección de alguien más consensual hacia la opinión pública. Es cierto que miró de costado la oferta pública que hizo Roberto Chiabra para reemplazarlo. Pero también es cierto que Jerí se quedó sin desplegar un aparato de negociadores. Buena parte de lo que pasó sucedió a la peruana, sin querer queriendo, esperando la movida ajena y dando tácitos beneplácitos: ‘sí quiero quedarme’ de parte de Jerí, ‘sí queremos que se quede’ de parte de Somos’, ‘ok’ de parte del ‘bloque’.

No hubo tiempo para planificar. Uno se imagina a Patricia Li llamando durante toda la tarde y noche a las cabezas de otros partidos coordinando el apoyo a su hijo político y sondeando a posibles ministros. Pero resulta que esa noche estuvo invitada por la Oficina Económica y Cultural de Taipei (Taiwán) a una ceremonia por su aniversario patrio. Patricia no solo asistió, sino que fue la principal oradora peruana (Pekín habrá tomado nota pues alucinan a Taipei). Y allí estuvo doña Patricia, disertando sobre su activismo social mientras uno de sus hijos se jugaba a la ruleta rusa la posibilidad de ser presidente. Saliendo del evento no dudo que se puso las pilas, pero sin una clara idea de la dimensión de lo que iba a pasar.

El armado del gabinete empezó desde cero y con varias negativas de los convocados. Mis fuentes somistas, repito, aseguran que estuvieron lejos de las invitaciones. Jerí llevó a Palacio a parte de su equipo congresal y entre ellos, con la colaboración de amigos de otros partidos, barajaron nombres, sondearon, tantearon y, en un caso, recibieron un ‘sí’ que se convirtió en un ‘no’. Ese caso hay que subrayarlo porque se trata nada menos que de la cabeza del gabinete. Jerí se prendó de la idea de tener un líder empresarial, nada menos que un ex presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SIN) en la PCM. Jesús Salazar Nishi, según reportaron otros medios, dijo que no, pero, según mis fuentes, en principio había dicho que sí. Sucede que el equipo presidencial, amateur en estas lides, le pidió información sobre supuestas denuncias laborales que habría tenido. A Salazar, según el relato que oí, le ofendió la pesquisa y la desconfianza y, sumadas sus dudas sobre el paso que estaba por dar, se decantó por el ‘no’. La alternativa de Álvarez Miranda apareció luego, cuando ya la mayoría de las otras piezas estaban encajadas. Somos Perú, me aseguran, no tuvo nada que ver en ello.

“George Forsyth ha optado por el silencio estratégico –‘el trauma de exponerme muy temprano no lo voy a repetir’ nos dice en su mudez- y en las próximas semanas será padre por primera vez. El silencio también es la mejor estrategia para procesar las dudas”. (Foto: César Bueno / @PHOTO.GEC)

/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > CESAR BUENO

¿Qué riesgo implica la presidencia de Jerí para el futuro electoral de Somos? ¿Querrán evitar lo que pasó al Partido Morado que guardó distancia ante el gobierno de su correligionario Francisco Sagasti para no arriesgar sus posibilidades electorales y con las justas saltaron la valla con tres invitados que no pudieron hacer una bancada? Jerí no es Sagasti. Francisco no era un morado incondicional y tenía contactos para armar su propio gabinete sin asistencia partidaria. José es hechura somista y necesita al aparato partidario para que le dé, siquiera, aliento. Y Somos no es el Partido Morado recién fundado para competir en el 2021. Somos es un partido treintón que quiere gozar el poder. Carpe diem.

El partido tiene un gran padrón con potenciales regidores, alcaldes y gobernadores en todo el país que no se desviven porque un correligionario esté en Palacio. Ellos quieren ser elegidos y necesitan alguien con arrastre electoral, no un posible lastre. En el congreso de julio en Carabayllo, estuvieron tres precandidatos presentando sus propuestas: George Forsyth, el gobernador cusqueño Werner Salcedo y el gobernador lambayecano Jorge Pérez. Los dos últimos no renunciaron antes del plazo obligatorio (13 de octubre) para poder ser candidatos, de modo que están descartados. Sus decisiones de no renunciar, según constan en declaraciones públicas, fueron previas a la toma de mando de Jerí. En ambos casos, podrían indicar una falta de fé en las posibilidades de Somos y en las propias.

Quedó George Forsyth como único precandidato, según me confirmó el vocero Pizarro. Es cierto que su fiasco presidencial del 2021, cuando corrió por largos meses como favorito en las encuestas hasta que se desinfló y ni llegó a saltar la valla es un trauma difícil de digerir. Pero esa vez, se había alejado de Somos para postular con el partido Victoria Nacional, que desapareció poco después. La dirigencia somista piensa que si Forsyth hubiera ido con los candidatos regionales puestos por su aparato descentralizado, hubiera saltado la valla. Es muy probable que tengan razón. Al año siguiente, 2022, George volvió al redil para ser candidato a Lima. Quedó tercero, detrás del ganador Rafael López Aliaga y de Daniel Urresti. Esa vez Somos hizo una buena performance general con alrededor de 200 alcaldías ganadas y una media docena de gobernaciones.

El corazón municipalista fundado por Alberto Andrade puede estar seguro de su arrastre subnacional; pero no del nacional. Luego del 2000, cuando debutó en las lides presidenciales con Alberto Andrade y fue licuado por la polarización entre Alberto Fujimori y Alejandro Toledo (Alberto quedó tercero con apenas 3% de los votos); Somos recurrió a ser parte de una alianza cada que tuvo que saltar la valla. Recién presentó un candidato propio, Daniel Salaverry, en el 2021. Sin embargo, no fueron ni Salaverry ni el aparato descentralizado las razones principales que lo hicieron saltar la valla esa última vez, sino el jale de Martín Vizcarra en el número 1 por Lima.

Le escribí a Forsyth pero no tuve respuesta. George ha optado por el silencio estratégico –‘el trauma de exponerme muy temprano no lo voy a repetir’ nos dice en su mudez- y en las próximas semanas será padre por primera vez. El silencio también es la mejor estrategia para procesar las dudas que tienen en vilo al partido. Un milagro podría salvar la esperanza del partido y de Forsyth: que Jerí le pase lo que a Daniel Noboa en Ecuador y tenga un éxito de aprobación. El referente de Noboa es mucho más cercano que el de Bukele. El ecuatoriano era presidente de transición y pudo reelegirse en buena parte porque el electorado percibió que luchaba sin descanso contra la inseguridad. Jerí está legalmente fuera de carrera electoral pero si repite lo de Noboa, le endosa un futuro a Somos Perú. El partido del corazón cree en milagros.

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Redactor Andino