Lucinda, ¡Córtalo ya!, una crónica de Fernando Vivas sobre la congresista cuyo personal le corta las uñas de los pies | POLÍTICA – El diario andino



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Si el retrato también guarda un parecido familiar es porque Edward Renjifo Pezo, el asesor caído en desgracia, es al menos conocido en casa (ha negado tener parentesco).
Boletín Mientras tanto
Lucinda es miembro del peor partido del Congreso, la cuota docente impuesta por Pedro Castillo a Perú Libre (PL).
Lucinda Vásquez ingresó al Congreso con Perú Libre. Aquí está la foto tras su juramento, con toda la clase. Ella está en el centro vistiendo una chaqueta color crema y como todos los demás con el puño en alto. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/GEC)
/No tienen ideas sobre gestión pública ni visión interdisciplinaria, su formación se limita a la carrera docente, su trabajo no los llevó -hasta 2021- fuera de las aulas y su experiencia política se limitó al movimiento sindical de docentes de sus regiones.
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Desde que dejaron la PL ni siquiera tienen un partido que les permita vislumbrar el futuro. Lucinda se unió a Nuevo Perú en 2024, poco antes de la fecha límite para postularse para 2026, pero ahora puede estar segura de que la dejarán. En el partido cuyo candidato es el profesor y doctor en historia Vicente Alanoca miran con desprecio a los maestros de escuela.
Pregunta de estado
Es el quid de la cuestión el que puede explicar lo que pasa por la cabeza de doña Lucinda. La sociología norteamericana acuñó un término para esto: incongruencia de estatus.
El individuo tiene diferentes posiciones en su vida social: económica, laboral, raza, clase, prestigio en su comunidad, respeto en su grupo; Iowa. Lo ideal es que todos vayan juntos para evitar desequilibrios emocionales y malas conductas. Pero la política provoca aumentos repentinos en el estatus económico que no están en sintonía con todo lo demás; especialmente si no tienes un socio serio que siga ese proceso y mantenga los pies en la tierra.
La foto de Edwar Rengifo, asesor y primo de la congresista Lucinda Vásquez, cortándose las uñas de los pies mientras habla por celular, fue publicada por Cuarto Poder la noche del domingo.
/Doña Lucinda pasó de ganar unos S/ 31 mil al año (según su declaración jurada en Infogob) a un salario de congresista que, con bonificaciones y beneficios sociales, se acerca a esa cantidad mensual.
Se mudó de Tarapoto, donde desarrolló toda su carrera como maestra de escuela primaria, a Lima. Sus ingresos aumentaron pero su prestigio no aumentó en la misma proporción, ya que absorbe la peor imagen del Congreso..
Para empeorar las cosas, respondió a este desequilibrio no con una buena representación, sino con trucos. Contrató a personas de su entorno sin derechos significativos y por tanto agradecidas por realizar las tareas del hogar. La sospecha está abierta – así lo menciona el reportaje de «Cuarto Poder» que mostró la imagen del escándalo – sobre un posible salario inaceptable.
En enero de este año, la Procuraduría General de la República presentó una denuncia constitucional ante el Congreso contra Lucinda Vásquez por participar en la adquisición irregular de una prueba de acceso al proceso público de enseñanza en 2021. (Recopilación: )
Ninguna sospecha es ofensiva para quien tiene o permite que un consultor le corte las uñas, ni para quien tiene una investigación oficial en el Departamento de Estado por tráfico de influencias en un asunto delicado en 2021: se le acusa de filtrar, a cambio de dinero, información sobre exámenes de enseñanza. Este crimen se habría cometido en compañía de Ynés Gallardo, hija del entonces Ministro de Educación, Carlos Gallardo. Sin ningún partido, ni colegas ni asesores que la guiaran, actuó como una innovadora equivocada. Creía que el poder político le daba permiso para convertir su oficina en su ciudad y su balneario.
En declaraciones a RPP, Renjifo aseguró que el incidente «fue un acto humanitario» para un paciente con cáncer. Se cree que el asesor contó con el permiso del diputado para revelar un doloroso estado de salud que podría suavizar el escándalo, si no borrarlo.
No vemos por qué el tratamiento médico debería implicar esa atención en manos de consejeros.
Por todo lo anterior, si se mira con atención, la armonía del retrato no era tal, contenía varias tensiones: mala salud; que la parlamentaria no lo es en su sentido político; Que alguien de confianza pueda tomar una foto como esta y filtrarla. La foto es de 2024, y en el mismo reportaje se mostró otra foto con el consultor Willer Sajami preparando el desayuno en casa de Vásquez (él ha dicho que se lo preparó él mismo).
Es una pena que Lucinda empeore su salud al creer que el poder conlleva privilegios tan escandalosos. Pero también es una pena que la opinión pública se escandalice más por la imagen del cortaúñas que por la pura y simple corrupción.
Las enfermedades y las fobias pesan más que la ira y el parlamentarismo. Incluso su partido, Cambio Democrático-Juntos por el Perú, se ha distanciado de él. Es posible que pronto la atención pase a Lucinda, pero aún así pasará a la historia del Congreso como «la cortaúñas».


