PATAZ: culmina con la identificación de los 13 trabajadores asesinados | Último | PERÚ


En La Libertad, la identificación de los cuerpos de las 13 víctimas del Ataque de secuestro, tortura y asesinato en un sumidero minero en Patla. Después de que los laboristas forenses fueron entregados a sus familiares y enviados a sus regiones de origen, se completó este proceso doloroso que ha dejado una huella indeleble en las comunidades involucradas.
RPP News confirmó que los últimos casos fueron los cuerpos de los hermanos Franklin y Jhon Facundo Inga, quienes se habían mudado recientemente a Lambayeque. Otro de los identificados fue Jefry Padilla Hidalgo, cuyo cuerpo fue enviado a Loreto; y, finalmente, mego Yumbato Huancho, que fue enviado a Chicama, en la provincia de Libertes de Ascopio. Este proceso de identificación fue fundamental para dar a las familias la oportunidad de cerrar un capítulo trágico de sus vidas.
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Los otros nueve mártires, que ya habían sido identificados en días previos, corresponden a Juan Ñaupai Salva (Amazonas), Yoval Martínez García (Huánuco), Cesar Rappigliosi Arellano (Lambayeque), Frank Monzón Valerian (Lambayeque), Darwin Cobines Panta (Piura), Deitherz Domínnamíz (Tumbayeque), entre otros. Estas identidades revelan la diversidad de regiones de origen de las víctimas, reflejando así el impacto más amplio de la violencia en diferentes comunidades.
Después de un exhaustivo trabajo de identificación que duró dos días, llevado a cabo por varios expertos forenses en Trujillo, la identificación de todos los cuerpos culminó el pasado martes 6 de mayo. La dedicación y el empeño de estos profesionales fueron cruciales para asegurar que cada familia recibiera a sus seres queridos de vuelta, a pesar de las circunstancias desgarradoras.
La investigación apunta a enfrentamientos entre la minería formal, ilegal y artesanal en la zona convulsiva. (Foto: Andina)
Los 13 infortunados trabajadores de la compañía de R&R fueron asesinados en un acto brutal de violencia, fría y calculada por sus secuestradores. La poderosa compañía minera, que lleva la responsabilidad de los incidentes, informó del crimen el 4 de mayo, desencadenando una ola de indignación y luto en la comunidad.
En la fecha indicada, la policía, tras una intensa búsqueda, encontró los cuerpos sin vida de los trabajadores, quienes habían sido secuestrados el pasado sábado 26 de abril durante una incursión armada en el centro de operaciones de un minero artesanal que se encontraba en proceso de formalización. La compañía minera mantenía un contrato de explotación en esa área conflictiva, lo que subraya la complejidad de la situación y las tensiones existentes.
Esta masacre trágica ha aumentado el número de colaboradores, mineros y trabajadores artesanales que han sido asesinados por pandillas criminales en Pataz. La poderosa compañía minera ha emitido una declaración oficial denunciando estos actos de violencia, lamentando que, a pesar del estado de emergencia declarado en el área y de la considerable presencia de fuerzas policiales, la situación de seguridad continúa deteriorándose. Es un llamado alarmante a la acción para todos los involucrados en la lucha contra el crimen organizado y la minería ilegal, que sigue socavando la seguridad y el bienestar de las comunidades locales.