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Lanza del Sur: qué implica la operación a gran escala de EE.UU. que tiene en vilo al régimen de Nicolás Maduro | Estados Unidos | Venezuela | Donald Trump | MUNDO – El diario andino

Lanza del Sur: qué implica la operación a gran escala de EE.UU. que tiene en vilo al régimen de Nicolás Maduro | Estados Unidos | Venezuela | Donald Trump | MUNDO – El diario andino

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció el jueves 13 el inicio de una operación militar a gran escala denominada ‘Lanza del Sur’, que tendrá como misión combatir y expulsar a los “narcoterroristas” del hemisferio occidental.

“El presidente Trump ordenó acciones y el Departamento de Guerra las cumple. Hoy anuncio la Operación Lanza del Sur”, afirmó Hegseth en la red social X.

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A lo largo de los dos últimos meses, la administración de Donald Trump ha enviado un contingente importante de buques de guerra al mar Caribe para atacar presuntas narcolanchas, cuyo cargamento tendría como destino final Estados Unidos.

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Antes de que se diera a conocer la operación ‘Lanza del Sur’, la Armada estadounidense había ordenado la movilización del portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de combate hacia las aguas caribeñas, lo que incrementó las especulaciones sobre una posible intervención militar en Venezuela.

Contexto preocupante para Maduro

El anuncio de Hegseth se produce en medio de un escenario de tensión entre Washington y el régimen de Nicolás Maduro, al que acusan de estar coludido con organizaciones criminales e integrar el Cártel de los Soles.

Más allá de que el secretario de Defensa no hiciera alusión específica a Venezuela, los reportes de la prensa estadounidense indican que Donald Trump y su círculo de confianza tienen en su punto de mira al país sudamericano.

reportó que fuentes del gobierno estadounidense señalaron que la cúpula militar estadounidense presentó al mandatario “opciones actualizadas para posibles operaciones” en Venezuela incluyendo “ataques terrestres”, aunque precisaron que hasta entonces no se había tomado una “decisión final”.

Horas antes del anuncio del secretario de Defensa estadounidense, Maduro hizo un llamado a evitar cualquier conflicto. “Unámonos por la paz del continente. No más guerras eternas, no más guerras injustas. No más Libia, no más Afganistán, que viva la paz”, declaró a CNN durante una manifestación de apoyo a su gobierno en Caracas.

El USS Gerald R. Ford (CVN 78), el portaaviones más grande del mundo navegando por el Estrecho de Gibraltar el 1 de octubre de 2025 con dirección al Caribe. (EFE/Alyssa Joy/Marina de Estados Unidos).

Tras el anuncio del inicio de la operación ‘Lanza del Sur’ no se han registrado declaraciones oficiales de Maduro, pero quien sí ha aparecido en los medios fue Samuel Moncada, embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas.

El diplomático apareció en el canal estatal VTV leyendo una carta del gobierno de su país dirigida a Antonio Guterres, secretario general de la ONU, criticando los comentarios de su portavoz, Stéphane Dujarric, en torno a la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe.

“No es la República Bolivariana de Venezuela la que ha llevado a cabo casi 20 ataques aéreos contra pequeñas embarcaciones de pescadores (…) en los que más de 70 civiles han sido objeto de ejecuciones judiciales”, señaló Moncada.

En opinión del internacionalista y docente universitario Francisco Belaúnde, la movilización del portaaviones Gerald R. Ford ya era una señal poderosa por parte del gobierno de Donald Trump, teniendo en cuenta el enorme costo operativo que supone el despliegue del barco, pero el inicio de una operación a gran escala va muchos más allá.

“Especulando, se podría interpretar que con el lanzamiento de esta operación hay un mensaje directo al régimen venezolano de que ahora sí sería inminentes un ataque. Si Estados Unidos decide atacar, Maduro no va a poder defenderse y podría ser oficialmente el final del régimen”, comentó el especialista en diálogo con El Comercio.

Pete Hegseth, secretario de Guerra de EE.UU. Foto: EFE/EPA/ Aaron Schwartz

Al ser consultado sobre la posibilidad de que el dictador venezolano contara con algún margen de negociación, Belaunde fue categórico al señalar que la cúpula gubernamental estadounidense difícilmente buscaba un diálogo de este tipo.

“Maduro intentó ofrecer mayor acceso a los campos petrolíferos, pero claramente esa ya esa no es la lógica de Estados Unidos. Las personas dentro del gobierno estadounidense que podían favorecer una negociación con Venezuela han perdido todo tipo de influencia y ahora predomina la postura de Marco Rubio y el secretario de Guerra. Claramente Maduro se quedó sin cartas para jugar”, explicó el profesor de las universidades de Lima y San Ignacio de Loyola.

¿Ayuda en camino?

Desde inicios de noviembre han aparecido informaciones que indican que Venezuela ya ha solicitado ayuda a los países con los que mantiene buenas relaciones. A inicios de noviembre el diario “The Washington Post” publicó que tuvo acceso a documentos filtrados que señalaban que Maduro había enviado mensajes a los líderes de Rusia, China e Irán para pedir asistencia militar y recursos para su defensa.

La carta al presidente de Rusia, Vladimir Putin, contenía una larga lista de pedidos: aviones caza Sukhoi Su-30, drones, sistemas de bloqueo de GPS, misiles, sistemas de defensa aérea y ayuda logística para el mantenimiento y actualización de su infraestructura militar.

Dmitri Peskov, portavoz presidencial ruso, admitió parcialmente el pedido venezolano citando que tenían “varias obligaciones contractuales” y que “estaban en contacto con sus amigos venezolanos”. Las responsabilidades aludidas por Peskov probablemente se sitúan en el acuerdo de cooperación estratégica firmado por Moscú y Caracas en mayo de este año y que entró en vigor el 12 de noviembre.

Un avión de combate polivalente Sukhoi Su-30MKV de fabricación rusa de la Fuerza Aérea Venezolana sobrevuela un desfile militar en Caracas el 5 de julio de 2017. (Foto: FEDERICO PARRA / AFP).

/ FEDERICO PARRA

Este miércoles el medio estadounidense reportaba que las oportunidades de Maduro de recibir ayuda de Rusia en un eventual conflicto eran remotas, señalando que la guerra en Ucrania ha supuesto una auténtica sangría para los recursos bélicos del Kremlin. La publicación cita como antecedentes inmediatos los casos de Armenia, Siria e Irán, aliados cercanos del régimen de Putin, que recibieron escasa o nula ayuda en sus conflictos recientes.

De momento, la prensa internacional solo ha tenido noticia de la reciente llegada de un avión de transporte ruso a suelo venezolano hace algunas semanas, aunque el contenido de su carga ha sido motivo de especulación.

Poco después de que se conociera esa información, el parlamentario ruso Alexei Zhuravlev señaló al portal que su país había enviado sistemas de defensa antiaérea Pantsir-S1y Buk-M2E a Venezuela, pero dicha información no ha podido ser corroborada hasta ahora y se desconoce si estos habrían sido llevados por la aeronave de carga antes citada.

Francisco Mora, antiguo subsecretario adjunto de Defensa para el Hemisferio Occidental, comentó a The Atlantic que incluso los sistemas de defensa rusos con algo de antigüedad podrían suponer un problema importante para los ataques aéreos de Estados Unidos y que el mejor escenario posible para los venezolanos y rusos sería que Trump optara por un ataque terrestre.

Pese a ello, una operación por tierra es altamente improbable si se juzga el despliegue naval estadounidense y la demanda de apoyo en el mantenimiento del material militar genera dudas sobre el estado del arsenal venezolano. A lo anterior se suma que muchos de los recursos demandados por Maduro son capitales para los rusos en su conflicto con Ucrania, que ha empezado a atacar las refinerías petroleras de Putin, el motor económico de su país.

El líder chavista de Venezuela, Nicolás Maduro, habla durante la Gran Marcha de la juventud comunera, en Caracas, el 13 de noviembre de 2025. (Miguel Gutierrez / EFE)

/ MIGUEL GUTIERREZ

Por su parte, el mensaje enviado por Venezuela al presidente chino, Xi Jinping, incluía un pedido de fortalecer la cooperación militar y acelerar la producción de sistemas de radar, para reforzar el monitoreo de sus espacios marítimo y aéreo. Ya desde la década pasada, China se había convertido en uno de los principales proveedores armamentísticos de Nicolás Maduro.

El gobierno de China ha sido hermético con respecto a la posibilidad de asistir militarmente a Venezuela y se ha remitido a señalar que cualquier marco de cooperación con el estado sudamericano es “normal entre países soberanos” y que este no se produce en perjuicio de “algún tercero”.

“China apoya el fortalecimiento de la cooperación internacional para combatir el crimen transnacional y se opone al uso o la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales”, declaró Mao Ning, directora del Departamento de Información del Ministerio de Relaciones Exteriores chino. A pesar de no hacer referencia a alguna solicitud de Maduro, las declaraciones de Mao se produjeron tras la publicación del informe de “The Washington Post” que abordaba los pedidos de asistencia militar.

La única noticia clara en el tiempo reciente en torno a la cooperación de Venezuela y China ha sido la negociación de un acuerdo de “arancel cero” entre ambos países. Especialistas han considerado que se trataría de un intento desesperado de Maduro de conseguir la ayuda de Xi Jinping en medio del tenso ambiente con Estados Unidos, a costa poner en peligro la industria manufacturera de venezolana.

En el caso de Irán, Maduro habría demandado equipos de detección pasiva, inhibidores de GPS y drones con un alcance aproximado de 1.000 kilómetros. El radio de acción de esas aeronaves no tripuladas podría llegar como máximo hasta Puerto Rico.

Drones del ejército de Irán durante una ceremonia en Teherán. (Foto: Oficina del Ejército Iraní / AFP).

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Las relaciones militares entre ambos estados han sido fluidas en el periodo reciente, al punto de que diversos reportes de inteligencia internacional dan cuenta de que se han establecido fábricas de drones iraníes en suelo venezolano. La producción de estos dispositivos en Venezuela, incluye a los drones Mohajer-6, que tienen un alcance de unos 200 kilómetros.

Sin embargo, de forma similar al caso ruso, el reciente conflicto militar que Irán mantuvo con Israel ha afectado de forma importante la capacidad de defensa del estado persa.

El , centro de investigación dedicado a los conflictos, señala que Irán enfrenta problemas adicionales, ya que viene sufriendo graves tensiones políticas a nivel interno. Ali Jamenei, líder supremo de la república islámica, ha dejado de aparecer públicamente y diversos informes señalan que habría sido apartado de las decisiones por un grupo de altos funcionarios.

Según el ‘think tank’ militar, al interior del estado iraní han surgido diferentes facciones desde el espectro reformista hasta el más tradicionalista, que han impedido que en los últimos meses se lleve a cabo una política de defensa cohesionada.

Por ahora se desconoce si el gobierno iraní accedió al pedido de Maduro, y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Ismail Baghaei, únicamente ha señalado que “sin dudas” su país continuará cooperando con Venezuela.

Francisco Belaúnde explica que Maduro “está totalmente aislado y no lo van a ayudar”. Desde la perspectiva del internacionalista eso se puede deducir de antecedentes inmediatos como lo sucedido con Armenia, Siria e Irán, países cercanos del régimen de Putin que recibieron escasa o nula ayuda en sus conflictos recientes. En el caso de China, habría un distanciamiento similar.

El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, es uno de los principales partidarios de mantener una línea dura con respecto a Venezuela. (Mandel NGAN / POOL / AFP)

/ MANDEL NGAN

“Rusia no ayudó a Irán cuando fue atacado por Estados Unidos y por Israel. No son aliados, básicamente son socios y Rusia solamente tiene una tiene una alianza de verdad con Corea del Norte, pero no con Venezuela ni Irán. En el caso de China mucho menos. Gustavo Petro puede decir muchas cosas, pero son discursos para la tribuna sin ningún asidero”, señala el especialista.

Una opinión similar tenía Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa e inteligencia, quien fue consultado recientemente por este diario sobre la viabilidad de los pedidos de armas de Venezuela. Gómez explicó que los acuerdos del gobierno chavista con Irán, China y Rusia eran únicamente de cooperación técnica mas no de defensa mutua.

“Ninguno de estos países tiene la capacidad ni el interés de involucrarse en una defensa efectiva del régimen venezolano. En el mejor de los casos, se trata de una alianza retórica, no militar”, comentó hace una semana.

Enorme contingente

Pete Hegsteh indicó que las fuerzas estadounidenses involucradas en la operación ‘Lanza del Sur’ estarán a cargo del Comando Sur (USSOUTHCOM). Este último es una de las diez grandes unidades de combate de Estados Unidos, las cuales involucran dos o más ramas de sus Fuerzas Armadas para misiones de gran escala.

En el caso del Comando Sur, su rango de operaciones comprende un área de casi 25 millones de kilómetros cuadrados entre los océanos Pacífico y Atlántico. La mayor parte de América Latina, exceptuando México, se encuentra dentro de esa jurisdicción junto a diversas posesiones ultramarinas de estados europeos.

La fuerza desplegada por Estados Unidos en el Caribe incluye al portaaviones USS Gerald R. Ford (CVN-78), el más grande y moderno del mundo, que llegó a mediados de esta semana a la región para ponerse a disposición del USSOUTHCOM.

Un F/A-18E Super Hornet del Escuadrón de Caza y Ataque 37 (VFA-37) rueda hasta su posición mientras los marineros en la cubierta de vuelo se preparan para lanzar otro Super Hornet desde el USS Gerald R. Ford. (Foto de Samuel Corum / AFP).

/ SAMUEL CORUM

Este enorme buque cuenta con una tripulación de unas 4.700 personas y lleva avanzados sistemas de radar y defensa, teniendo como mayor activo su capacidad de transportar entre 75 y 90 aeronaves que incluyen: cazas F-35 Lightning II y F/A-18E/F Super Hornet, aviones de ataque electrónico EA-18G Growler, aviones de detección E-2D Advanced Hawkeye, helicópteros y drones.

El grupo de combate Gerald Ford está compuesto por los destructores USS Winston S. Churchill, USS Mahan y USS Bainbridge, junto al crucero USS Normandy. La labor de estos buques se ve complementada por submarinos y aeronaves de guerra

A las unidades citadas se añaden otros destructores como el USS Sampson y USS Stockdale junto a los buques de desembarco anfibio USS Iwo Jima y USS San Antonio. También se ha registrado presencia de aviones bombarderos Boeing B-52 Stratofortress.

Se estima que Estados Unidos tendría hasta 10.000 efectivos militares en el Caribe y según el diario “The New York Times” hacia fines de octubre casi la mitad de los soldados se encontraba a bordo de ocho buques de guerra, mientras que el resto estaba estacionado en Puerto Rico, aunque este último grupo podría ya haber sido movilizado. Los marines repartidos en la región caribeña incluyen grupos de intervención anfibios.

Andrés Gómez de la Torre explicó a El Comercio que “Venezuela no está en condiciones de resistir una amenaza del tamaño del grupo de tarea estadounidense desplegado en el Caribe”, incluso empleando los misiles Pechora y BUK, baterías antiaéreas S-300 y aviones Sukhoi-30 comprados a Rusia.

Vista del destructor USS Gravely de la Armada de Estados Unidos a su llegada, este 26 de octubre de 2025, a Puerto España (Trinidad y Tobago). Foto: EFE/ Karla Ramoo

Tal es el poderío del grupo desplegado en el Caribe, que supera al de milicias completas de países grandes. Víctor M. Mijares, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Los Andes, comentó a Deutsche Welle que el Gerald R. Ford por sí solo “tiene una capacidad aérea superior a la de cualquier país latinoamericano, incluido Brasil”.

Las fuerzas venezolanas

El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) estima que Venezuela cuenta actualmente con unos 123.000 soldados en activo, siendo más de la mitad de ellos parte del Ejército. La Marina de Venezuela está compuesta por unos 25.000 militares, mientras que la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional tienen unos 11.500 y 23.000 efectivos. A estos se añaden unos 8.000 reservistas.

El gobierno de Nicolás Maduro sostiene que, además de la milicia regular, el país cuenta con 4,5 millones de milicianos reservistas, aunque dicha afirmación parece poco creíble.

En lo referente a sus unidades mecánicas terrestres, la milicia chavista cuenta con más de 90 tanques T-72B1 provenientes de Rusia y 80 AMX-30V franceses. La mayor parte de los vehículos de combate y transporte por tierra venezolanos son de fabricación rusa.

La Fuerza Aérea de Venezuela dispone de una veintena de aviones rusos Sukhoi Su-30MK2 y unos diez Lockheed Martin F-16A/B estadounidenses, a los que se añaden los drones José Antonio de Sucre 100 y 200, versiones modificadas de los drones iraníes que se fabrican localmente. Parte importante del sistema de defensa antiaéreo de Venezuela está compuesto por los equipos Pantsir-S1, Buk-M2E junto a los Igla-S.

Más discreta es la Armada venezolana, compuesta por buques, fragatas y corbetas esencialmente para la vigilancia.

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Redactor Andino