Alianza con dudas, pero más motivado que nunca – El diario andino

Este jueves 25 de septiembre, Alianza Lima juega más que una clasificación. En Coquimbo, una vez sin un público, frente a la Universidad de Chile, los íntimos buscarán sellar su pase a las semifinales de la Copa Sudamericana en un partido que podría convertirse en uno de los hitos más importantes en su historia reciente. El sorteo sin goles en Lima Left Sensations encontró: por un lado, la certeza que el equipo tiene, incluso en estos casos, con qué competir; Por otro lado, la preocupación de que, si no mejora, puede quedarse corto.
Y esta alianza de Nérstor Goroito ha sido una especie de enigma durante todo el año. En el torneo local, su rendimiento es irregular, se carga con caídas inexplicables, como la última contra Garcilaso. Pero, a nivel internacional, el equipo ha mostrado una versión mucho más competitiva. No es un pequeño momento haber eliminado a los juniors de Boca en Bombonera y Grimio en Porto Alegre. Son hechos que, por sí mismos, ya colocan a este escuadrón en un lugar especial dentro de la memoria aliancista.
Sin embargo, también es cierto que en los Libertadores hubo momentos en que la alianza fue ampliamente superada. El equipo ha tenido dificultades para mantener su juego, especialmente cuando se llevan la pelota. Y eso fue precisamente lo que sucedió en el partido de ida contra la U. de Chile: un oponente que no solo lo molestó, sino que a veces lo superó claramente. El 0-0 fue un resultado generoso, más allá de la visita no logró romper el cero con un hombre más, que es el mérito del sistema defensivo victoriano.
Entonces, ¿qué juega Alianza Lima? La pregunta ha existido durante meses y más fuerza en las últimas semanas. El trabajo táctico no parece ser el equipo fuerte, pero sería injusto decir que no hay idea. Goroito, con sus pisos, ha hecho que el grupo cree en él. Y cuando los jugadores clave están en buena forma, el colectivo responde. Lo ha hecho en grandes partidos y etapas hostiles, y eso no es pequeño.
El problema es que, lógicamente, no están todos bien. Ahora, es necesario tener en cuenta que, más allá de los errores específicos, como la última expulsión de Carlos Zambrano, Alliance tiene un equipo de jerarquía. Eryc Castillo, Kevin Quevedo, Sergio Peña, Fernando Gaibor y Miguel Trauco tienen condiciones para hacer diferencias. Y sin mencionar a Hernán Barco y Paolo Guerrero, dos huelguistas que, incluso en sus últimos años, permanecen decisivos.
La clave es encontrar el punto correcto. ¿Qué necesita una alianza para realizar al máximo? Primero, plenitud física. Y aunque hay algunos jugadores con kilos de más, en este punto no hay mucho margen para los ajustes. Lo que hay es lo que hay. Segundo, y quizás más importante, motivación. Y en eso este equipo queda. En el sudamericano, se ha visto un grupo comprometido y hambriento de gloria.
Goroito ha logrado conectarse con el equipo. Él efectivamente transmitió su mensaje y alcanzó la cohesión, y eso se muestra. Los jugadores se sienten cómodos, algunos incluso identificados con el club. Y no hay un mayor acto de amor hacia una institución que dejar todo en la cancha. Este jueves tienen la oportunidad de escribir un capítulo inédito en la historia de Alianza Lima: la de la gloria internacional.
El fanático aliancista ama al club con una devoción que cepilla a los religiosos, pero fuera del país el equipo está históricamente endeudado. En Perú, la alianza es y siempre será sinónimo de grandeza, pero los logros en el extranjero han sido escasos. Este escuadrón, con sus luces y sombras, tiene la posibilidad de cambiar eso. Para darle al fan lo que siempre ha soñado.
La invaluable oportunidad de hacerlo, además, frente a un oponente que desde ese injusto 2010 se ha convertido en algo más. La Universidad de Chile no es solo un equipo fuerte; Simboliza una herida que todavía no cura. Ganarlos, eliminarlos, reclamar el equipo ‘Zorrito’ y ‘Zlatan’ sería una forma de curación, de «cerrar el círculo» para avanzar.
Este jueves, Alianza Lima no solo juega un juego. Luchará por su historia, por su pueblo, por el lugar que su fan merece en el continente. Las expectativas son gigantes, y solo superan la ilusión. El de los que recuerdan los tiempos de Velásquez, Cueto y Cubillas; el de los que vieron su corazón roto por primera vez después de 2-2 de quince años hace; y el de aquellos que en ese momento eran muy pequeños o pueden no nacer, pero que están experimentando amor por su club como nunca antes habían hecho. Esto no es solo una escritura de gloria, es un sueño que trasciende a las generaciones.