Bruselas bien para Google con 2.950 millones. Lo peor es que la UE apunta a una venta de su negocio de publicidad – El diario andino

Bruselas ha lanzado un aviso rotundo a la industria de la tecnología: 2.950 millones de euros de multa a Google por abusar de su posición en el mercado de publicidad digital, Como se anunció hoy la Comisión Europea. La investigación apunta a las prácticas de autopreferencia que reforzaron su dominio en la cadena de Adtech y dañaron a los competidores, anunciantes y editores. El ejecutivo de la comunidad sugiere que la solución podría ser una parte desinvertida de su negocio de publicidad. Es un movimiento que aumenta la presión sobre las grandes tecnológicas y refuerza el papel regulador de la Unión Europea.
El caso tiene un largo viaje en Bruselas. La Comisión Europea Comenzó en 2021 Un archivo sobre el poder de Google en el sector de publicidad digital, después de detectar indicaciones de abuso de posición dominante. En 2023 se emitieron especificaciones que la compañía respondió al final de ese año. La investigación analizó la actividad de Google en mercados estratégicos, como los anuncios DFP y los anuncios de Google y las herramientas de compra programática DV360, ambas con presencia en todo el espacio económico europeo.
Lo que Bruselas ha ordenado y lo que se juega Google
El núcleo de la decisión está en autopreferencia. La Comisión argumenta que, al menos desde 2014, Google aprovechó su dominio en los anuncios de DFP y en los anuncios de Google y las herramientas DV360 para Otorgar ventajas a su propia plataformaUn ADX. DFP advirtió a ADX sobre el valor de las ofertas rivales y las herramientas de compra priorizadas participando en esa misma plataforma. Esta dinámica habría reducido la competencia y consolidado el poder de Google en la cadena de publicidad. Para Bruselas, es un comportamiento diseñado para reforzar su posición y su capacidad para recolectar tarifas altas.
Bruselas estableció la sanción de 2.950 millones de euros en función de sus estándares de 2006 para multas antipolíticas. El cálculo tuvo en cuenta «varios elementos, como la duración y la gravedad de la infracción, así como el volumen de negocios de ADX en el EEE». La Comisión defiende que la cantidad es proporcional a la infracción y es necesaria para evitar nuevas prácticas de autopreferencia. La figura hace de este archivo uno de los más significativos en el campo de la competencia digital en Europa, reforzando el papel del cuerpo como regulador.
La Comisión le ha dado a Google 60 días para presentar un plan que termine los conflictos de intereses detectados en la cadena de publicidad. Una vez recibido, Bruselas evaluará si las medidas propuestas realmente eliminan estas prácticas. En su decisión, la agencia ya ha avanzado su posición preliminar: Solo una desinversión parcial de servicios publicitarios Resolvería el problema raíz. Si la propuesta de Google no cumple con los criterios, el regulador europeo puede imponer remedios estructurales.
Bruselas endurece su pulso con tecnología, mientras que en el discurso político de Washington se intensifica. Donald Trump publicó el mes pasado Un mensaje en la verdad Social Criticing Leys y las regulaciones digitales que, según él, «están diseñadas para dañar o discriminar a las empresas de tecnología estadounidense». Advirtió que impondrá aranceles y restricciones a los países que mantienen estas políticas. Aunque no mencionó explícitamente la Unión Europea, su administración ha mostrado repetidamente su incomodidad con las medidas contra empresas como Google, Meta o X.
El alcance de esta sanción va más allá de Google. Bruselas busca reducir la dependencia de los editores y anunciantes de un solo intermediario, lo que podría promover la competencia en los servicios de publicidad digital. Una desinversión obligatoria abriría espacio para rivales en segmentos clave, como anuncios y plataformas de compra programática. El sector, acostumbrado a operar bajo el control de algunos gigantes tecnológicos, podría ver cambios en los precios, el acceso a datos y condiciones comerciales. Por lo tanto, la UE refuerza su papel como árbitro en los mercados digitales estratégicos.
Más allá de la sanción económica, la decisión de Bruselas da una base legal a los afectados a reclamar. Las regulaciones europeas establecen que las resoluciones de la comisión son evidencia concluyente de que ocurrió la infracción. La Directiva de daño antimonopolio, junto con una guía práctica sobre el cálculo de los daños, facilita que las empresas y las personas obtengan una compensación. Por lo tanto, este caso no solo busca corregir el mercado, sino que también repara a aquellos que sufrieron las consecuencias de las prácticas que reforzaron el dominio de Google en la publicidad digital.
Hace solo unos días, Google esquivó en los EE. UU. El escenario de vender Chrome por orden judicial. Sin embargo, Europa ha abierto un nuevo frente: la posibilidad de obligarlo a separar parte de su negocio de publicidad. El plan que la compañía presente en Bruselas será clave para definir el resultado. Si no convence, el caso europeo podría exceder el proceso estadounidense en impacto, sentado un precedente que afectaría a todo el sector tecnológico. Para Google, este es uno de los mayores desafíos regulatorios en su historia reciente.
Imágenes | Alex duda
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