Cayetana Álvarez pide a empresarios invertir en democracia – El diario andino
Durante su intervención en Ejecutivos CADE 2025, la diputada y periodista española Cayetana Álvarez de Toledo hizo un fuerte llamado al empresariado peruano y latinoamericano: “La neutralidad no es prudencia, es complicidad en el fracaso. Con esta frase, la parlamentaria del Partido Popular de España llamó a los líderes del sector privado a invertir en democracia, entendida como un compromiso activo con la libertad, la verdad y las instituciones republicanas”.
Álvarez de Toledo advirtió que en tiempos de polarización y desconfianza en la política, la pasividad de la comunidad empresarial frente a instituciones fallidas puede tener profundas consecuencias. «El silencio no es neutralidad, es cooperación pasiva con el declive de la democracia», afirmó. En su opinión, los empresarios no deben limitar su papel a la creación de riqueza, sino participar en la defensa de valores que permitan la prosperidad y la estabilidad.
«La democracia no está sola, necesita activistas, ciudadanos y empresarios dedicados. Invertir en democracia es invertir en estabilidad, prosperidad y libertad», afirmó ante la audiencia de directivos reunidos en el foro empresarial más importante del país.
Liberalismo
En su mensaje, la representante española abordó también su propuesta para el restablecimiento del orden liberal, un sistema que, según explicó, garantiza progreso e igualdad de oportunidades, pero que hoy se enfrenta a una crisis de legitimidad. «El liberalismo ha sido víctima de la caricatura y la cobardía de sus propios defensores. Es hora de recuperar el orgullo de ser liberal», afirmó.
Álvarez de Toledo señaló que el orden liberal no es sólo un modelo económico, sino también una concepción moral de la vida en sociedad, basada en el respeto a la verdad, el mérito, la libertad individual y la responsabilidad cívica. «No hay libertad sin responsabilidad, no hay progreso sin verdad», subrayó, insistiendo en que la defensa del liberalismo debe trascender las etiquetas ideológicas para convertirse en un objetivo ético común.
En ese sentido, llamó a los empresarios a recuperar la confianza en la democracia como la mejor herramienta para el desarrollo humano y económico, y a no ceder ante discursos populistas que prometen soluciones simples a problemas complejos. «El populismo se alimenta del silencio de los buenos. Por tanto, la neutralidad es complicidad», subrayó.
Su intervención combinó reflexión política y llamado moral, en un contexto donde los líderes empresariales del país debaten el papel del sector privado en la consolidación institucional. «Defender la democracia no es tarea exclusiva de los políticos. Es un deber colectivo que comienza por guardar silencio ante la mentira y el abuso de poder», concluyó.
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