Ciro Castillo Rojo | Valle del Colca | Arequipa | Rosario Ponce | desaparición | muerte | caso mediático | nnsp | ARCHIVO-ELCOMERCIO – El diario andino











Antes de que su aventura terminara, comenzó su pesadilla. En abril de 2011, Ciro Castillo-Rojo, un joven estudiante de Ingeniería Forestal, de 26 años, en la Universidad Nacional Agraria La Molina, emprendió un viaje al Valle del Colca junto a su enamorada, Rosario Ponce.
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Rosario Ponce bailando con Ciro Castillo junto con unos amigos. Aparentemente era una sana relación. (Foto: Archivo )
/Apasionado por la naturaleza y el trekking, Ciro buscaba disfrutar de los paisajes y el aire puro de Arequipa. Pero lo que inició como una excursión en uno de los parajes más impresionantes del Perú se convirtió en una fatalidad que conmocionó a todo el Perú.
LA INTENSA BÚSQUEDA Y LAS PRIMERAS PISTAS
Las labores de rescate comenzaron el 6 de abril de 2011 con tres brigadas y 14 especialistas desplegados en el agreste Valle del Colca. Se confiaba en la experiencia de los jóvenes excursionistas: Ciro Castillo-Rojo había tomado cursos de supervivencia, mientras que Rosario Ponce, de 24 años, contaba con amplia práctica en trekking. El 9 de abril, la Policía Nacional incorporó un helicóptero para ampliar el radio de búsqueda, y dos días después, perros especializados se sumaron a la exploración.
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Pese a estos esfuerzos, en los primeros días no se encontraron señales de Rosario ni de Ciro. El general Carlos Mateo Tueros activó todos los recursos disponibles para la operación. Se confirmó que la pareja fue vista por última vez el 31 de marzo, guiada por un minero entre Madrigal y Tapay. La búsqueda se intensificó con patrullas terrestres, vuelos de helicópteros y equipos especializados, aunque la complejidad del terreno dificultaba las labores.
Policías en búsqueda del cuerpo de Ciro Castillo-Rojo en el Valle del Colca. (Foto: Archivo )
/En medio de la incertidumbre, Rosario García-Caballero, madre de Ciro, recordó que su hijo le había pedido dinero y tenía planeado regresar a Lima para votar en las elecciones presidenciales del 10 de abril. La familia y el país se enteraron de la desaparición gracias a los mensajes de auxilio que Rosario envió a sus amigos, despertando una ola de solidaridad y preocupación a la vez.
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ROSARIO ES HALLADA Y LA INVESTIGACIÓN SE PROFUNDIZA
El 13 de abril de 2011, tras días de angustia y búsqueda incansable, Rosario Ponce fue hallada con vida en una quebrada cercana al nevado Bomboya, en el valle colqueño. Presentaba signos evidentes de desnutrición, daños en los ojos y múltiples contusiones. En estado de crisis, relató que se separaron porque ella no podía continuar y que Ciro Castillo-Rojo subió en busca de ayuda. Una incertidumbre mantendría en vilo a todo el país sobre el destino del joven estudiante.
siguió el caso día a día con sus corresponsales en el sur peruano, e informó gráficamente sobre la infructuosa búsqueda. (Foto: Archivo )
Al día siguiente, Rosario fue trasladada a Lima para recibir atención médica especializada, mientras la búsqueda de Ciro se intensificaba en Arequipa. Su padre, el médico Ciro Castillo-Rojo Salas, permanecía en Chivay, aferrado a la esperanza. Para el 16 de abril, seis brigadas con 50 rescatistas continuaban rastrillando la zona, y el 18, a pedido de la madre de Ciro, el presidente Alan García ordenó el apoyo del Ejército, sumando otros 50 especialistas al operativo.
Ese mismo día, la Policía de Homicidios llegó a Chivay para coordinar con la fiscalía la apertura formal de una investigación por desaparición. Rosario Ponce fue citada a declarar como testigo clave, al igual que los pobladores de Madrigal y Tapay que vieron por última vez a la pareja, en un caso que ya capturaba la atención nacional y mantenía expectante a todo el Perú.
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Rosario Ponce fue dada de alta en Lima el 19 de abril de 2011 y regresó debilitada a Arequipa para colaborar desde Chivay en la búsqueda de su pareja. En sus declaraciones, solo manifestó haberlo visto por última vez el 5 de abril. Hasta el 20 de ese mes, los operativos se concentraron en una pared del cañón donde Rosario aseguró haberlo visto por última vez, en un terreno escarpado y peligroso que dificultaba las labores de rescate.
En la imagen una de las muchas audiencias en el Poder Judicial en torno al Caso Ciro Castillo-Rojo. (Foto: Archivo )
/Desesperado por la falta de avances, el 21 de abril el padre de Ciro contrató rescatistas privados y ofreció una recompensa de 10 mil soles para quien aportara pistas sobre el paradero de su hijo. Sin embargo, solo recibió información falsa que complicó aún más la búsqueda. Tras 19 días de intensas pesquisas, el 23, solo se encontraron algunas pertenencias de Ciro. El Ministerio Público abrió una investigación preventiva y ordenó interrogatorios para esclarecer los hechos.
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El 25 de abril, el Ministerio del Interior confirmó el inicio formal de la investigación fiscal. Rosario Ponce fue citada a declarar el 3 de mayo, debido a contradicciones en su testimonio. La fiscalía abrió dos carpetas: una por desaparición y otra por presunto homicidio.
Dos días después, el 27 de ese mes, Rosario reveló un nuevo detalle: la noche en que se perdieron, ella y Ciro vieron luces extrañas; él fue a investigar y no regresó. Desde entonces, la Policía sospechó que Ciro pudo haber caído por un acantilado mientras buscaba ayuda.
La Fiscalía insistió en un inicio con sus sospechas sobre Rosario Ponce, la pareja de Ciro y la última que lo vio vivo. (Foto: Archivo )
LA BÚSQUEDA INCANSABLE Y LAS CRECIENTES SOSPECHAS
A pesar de los esfuerzos, no había rastros de Ciro. Solo su padre, el médico Ciro Castillo-Rojo Salas, mantenía la esperanza. El 30 de abril, hallaron las carpas de la pareja, que Rosario había dicho haber perdido al inicio del viaje. En el mes siguiente, mayo, el número de rescatistas se redujo a 30. Rosario complicó su situación al no acudir a declarar, alegando estrés postraumático, aunque luego colaboró con la justicia y autorizó levantar su secreto telefónico.
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En tanto, el padre de Ciro continuaba rogando por más vuelos en helicóptero. La familia Castillo-Rojo aún creía en la inocencia de Rosario a fines de mayo, y su madre le pidió públicamente ayuda para encontrar a su hijo. La búsqueda de Ciro se complicaba. Se descubrieron diez llamadas hechas por Rosario entre el 4 y 13 de abril de 2011, lo que aumentó las sospechas.
Tras la elección presidencial de Ollanta Humala en junio (en una reñida segunda vuelta con Keiko Fujimori), se retomaron los operativos en el Colca. Después de 93 días sin resultados y falsas alarmas, el 7 de julio, el padre de Ciro presentó una denuncia por presunto homicidio contra Rosario Ponce, la última persona que lo vio con vida.
Policías rescatan el cuerpo de Ciro, hallado en un abismo de 900 metros de profundidad en el Valle del Colca. (Foto: Archivo )
/El 22 de julio, Ciro Castillo-Rojo Salas y su equipo encontraron restos óseos en el nevado Bomboya, pero no eran de su hijo: pertenecían a una tumba prehispánica. Esto le valió una denuncia de la fiscalía por dañar patrimonio cultural. Al mismo tiempo, Rosario accedió a participar en la reconstrucción de los hechos en agosto de ese 2011 y el día 24 de ese mes declaró en Arequipa, donde fue agredida al salir.
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En una entrevista con el 29 de agosto, la pareja de Ciro habló del hostigamiento que sufría y pronunció la frase que marcó su caso: «Mi pecado fue sobrevivir“.
EL HALLAZGO DE CIRO Y EL CIERRE DEL CASO
En setiembre de 2011, la fiscal María del Rosario Lozada asumió la investigación. Rosario Ponce presentó una nueva hipótesis, la de que Ciro la abandonó en el Colca. En tanto la fiscal ordenó analizar su cámara fotográfica para descartar alguna manipulación de las imágenes. El 19 de setiembre, la fiscal Lozada anunció que el informe final del caso se emitiría el 4 de noviembre de ese año. Entre el 10 y 13 de octubre, se inspeccionó nuevamente la ruta, sin resultados.
La realidad se impuso al deseo y la esperanza: Ciro murió por una caída accidenta en el Colca. (Foto: Archivo )
/Pero el 16 de octubre, un equipo de alta montaña encontró un cuerpo en un abismo de 900 metros, cerca de donde Rosario Ponce había sido rescatada. Así, luego de 203 días de búsqueda, finalmente se hallaron los restos de Ciro Castillo-Rojo cerca del nevado Bomboya. El 20 de octubre, la fiscal Lozada confirmó que era un cuerpo humano y organizó su levantamiento, usando el ADN del padre para la identificación.
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Los exámenes forenses confirmaron oficialmente, el 26 de octubre de 2011, que el cuerpo era del joven Ciro. La causa de su muerte: politraumatismo severo, producto de múltiples golpes tras una caída. El padre de Ciro agradeció a todos los que participaron en la búsqueda de su hijo, destacando al guía Eloy Cacya, quien lo acompañó y encontró el cuerpo.
Los restos humanos fueron llevados a Lima y, el 28 de octubre, enterrados en un camposanto de Huachipa. Su alma mater la Universidad Agraria le rindió un homenaje.
La casaca de Ciro Castillo-Rojo, la cual vestía cuando resbaló en un abismo del Valle del Colca. (Foto: Archivo )
/BATALLA LEGAL Y LA EXCULPACIÓN DE ROSARIO
Pero la batalla legal continuó. Rosario Ponce afirmó que siempre había dicho dónde estaba Ciro, pero que no la quisieron escuchar, y alistaba una demanda contra quienes la acusaron. El 3 de enero de 2012, la fiscal Lozada declaró el caso complejo y programó 19 diligencias adicionales.
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A pesar de que la defensa de Ponce pidió que esta declarara en Lima, la fiscalía exigió su presencia en Arequipa. El 7 de mayo, Rosario volvió a la Ciudad Blanca, declaró durante ocho horas y evitó hablar de su vida íntima, aunque dijo que su relación con Ciro era estable, pese a los celos de él. Al salir, fue nuevamente agredida por una turba. Algo a lo que ella ya estaba acostumbrada.
Tras nuevos peritajes y testimonios, la fiscalía debía cerrar la investigación el 4 de setiembre de 2012. Pero la fiscal Lozada siguió sus pesquisas y concluyó, el 30 de octubre, que Ciro pudo haber sido empujado por Rosario en medio de una pelea, y pidió 120 días más para sustentar esa acusación.
El caso en el Poder Judicial fue cerrado tras más de dos años de proceso, absolviendo a Rosario Ponce de una acusación de homicidio. (Foto: Archivo )
Ante ello, el abogado de Rosario pidió al Juzgado de Camaná archivar el caso. El 5 de marzo de 2013, la fiscal Lozada obtuvo 60 días más para nuevas diligencias. Sin embargo, nada que culpara a Rosario Ponce se comprobó, y el 1 de julio de ese año la fiscal solicitó archivar el caso por falta de pruebas.
El juez Giancarlo Torreblanca aprobó el archivamiento el 6 de agosto, a pesar de la apelación de la familia Castillo-Rojo. Finalmente, el 27 de setiembre de 2013, la Corte de Arequipa cerró el caso definitivamente, y Rosario Ponce fue exculpada. El Perú, no obstante, quedó dividido entre la duda, el dolor y la compasión.