Ciudadanía por nacimiento en los Estados Unidos en las puertas de una decisión histórica: ¿Qué está en juego? | MUNDO

El epicentro del debate actual gira en torno a una orden ejecutiva que fue firmada por Trump el 20 de enero, coincidiendo con el día de su investidura como presidente de los Estados Unidos. Esta orden Busca negar la ciudadanía automática a los hijos de migrantes que no cuentan con estatus legal permanente. Desde su implementación, la medida ha enfrentado una rápida oposición, siendo bloqueada por jueces federales en Maryland, Massachusetts y el estado de Washington, quienes la catalogaron como «Flagrantemente inconstitucional».
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¿Qué significa ser ciudadano por nacimiento, verdad?
El principio que Trump intenta modificar ha sido considerado durante más de un siglo como Un pilar de la ley constitucional estadounidense. Desde 1868, el Enmienda de decimocuulación asegura que “Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos […] son ciudadanos». Esta interpretación estuvo ratificada por la Corte Suprema en 1898, en el caso Estados Unidos contra Wong Kim Ark, donde se determinó que un hombre nacido en San Francisco de padres chinos era ciudadano. Desde entonces, esta decisión ha sido defendida como un límite que no puede ser sobrepasado por los poderes del ejecutivo.
Los defensores de la ciudadanía por nacimiento argumentan que es una piedra angular de lo que implica ser estadounidense, encarnando el espíritu nacional del país como un refugio abierto a todos, sin importar su fe, color o credo. De acuerdo a ‘The New York Times‘, de los 20 países más desarrollados alrededor del mundo, solo Canadá y Estados Unidos otorgan ciudadanía automática a los niños nacidos en su territorio.
En una carta enviada a la Corte Suprema, un grupo defensor de inmigrantes aseveró que «La ciudadanía por derecho de nacimiento es el núcleo del precepto fundacional de nuestra nación que establece que todas las personas nacidas en nuestra tierra son creadas iguales, sin excepción en virtud de su ascendencia».
Aunque el origen de esta discusión es más extenso, la idea de reinterpretar la enmienda ha cobrado fuerza gracias a la influencia de juristas conservadores como John Eastman, quien posteriormente brindó asesoría a Trump en sus intentos de revertir la elección de 2020.
Donald Trump negaría a los ciudadanos a niños nacidos en suelo estadounidense de padres que están en el país de manera ilegal o temporal (Foto: AFP)
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Un debate que trasciende la técnica
La valoración del caso actual del tribunal no se centra directamente en la validez de la enmienda. En cambio, se pregunta Si un juez federal puede suspender una política presidencial en todo el país. Durante las audiencias, algunos magistrados manifestaron su inquietud sobre el uso excesivo de medidas cautelares de alcance nacional, aunque no se llegó a un consenso sobre cómo abordarlo.
«El uso expansivo de medidas cautelares ha alcanzado niveles de tsunami», explicó John Sauer, asesor legal del gobierno que apoyó la posición de Trump. Él argumentó que estas órdenes superan la autoridad judicial y perturban la separación de poderes, comparándolas con un «arma nuclear».
No obstante, jueces como Sonia Sotomayor y Ketanji Brown Jackson expresaron objeciones a la limitación de dichas órdenes. Jackson advirtió que tal limitación podría transformar el sistema judicial en un «Régimen de Atrábame si puedes», donde cada persona afectada tendría que contratar a un abogado y presentar su propia demanda para detener una política que podría ser inconstitucional.
Consultada por El Comercio, María Puerta, politóloga y profesora de Gobierno Americano en Valencia College en Orlando, coincidió en que restringir el alcance de estas medidas «Tendría efectos extremadamente negativos, pues dejaría a millones de personas desprotegidas, afectando el derecho al debido proceso».
Confusión legal y obstáculos
Según reporta AFP, organizaciones como Casa Inc. y el Proyecto de Defensa de los solicitantes de asilo han advertido que, de restringirse estas órdenes a nivel local, la ciudadanía por nacimiento podría aplicarse de forma desigual dependiendo del estado. Jeremy Feigenbaum, fiscal general de Nueva Jersey, lo resumió eficazmente durante las audiencias: «El caos se generaría en el campo, donde la ciudadanía de las personas se enciende y se apaga al cruzar las fronteras estatales».
Mientras tanto, Trump se refirió al caso nuevamente a través de su red de verdad social, afirmando que la ciudadanía por nacimiento «No estaba destinada a las personas que toman vacaciones para convertirse en ciudadanos permanentes de los Estados Unidos», acusando a los migrantes de «reírse de los tontos que somos».
La defensa del ex presidente argumentó que su decreto refleja el «Significado original» de la enmienda, que según ellos Solo garantizaba la ciudadanía a los hijos de esclavos. Sin embargo, tal interpretación ha sido ya rechazada por la propia Corte Suprema en 1898.
María Puerta señala que, si bien el ejecutivo no posee el poder para cambiar por sí mismo esta cláusula, «Los republicanos, teniendo una mayoría suficiente para reformar la Constitución, van a la Corte Suprema, que podría eventualmente reinterpretar la Decimocuarta Enmienda mediante revisión judicial».
¿Puede Trump alterar la constitución mediante un decreto?
A pesar de que el tema principal del caso es procesal, las implicaciones del decreto presidencial son innegables. ¿Puede Trump cambiar, por su cuenta, una cláusula constitucional tan bien arraigada? Para Puerta, «Legalmente, el ejecutivo no tiene el poder o la autoridad para limitar el derecho a la ciudadanía por nacimiento. Sin embargo, el Congreso podría aprobar una enmienda, pero dado que los republicanos no tienen una mayoría suficiente para eso, van a la Corte Suprema, que eventualmente podría hacerlo mediante revisión judicial o legislando desde el banco para reinterpretar la Decimocuarta Enmienda».
La posibilidad de que la Corte Suprema reinterprete una enmienda constitucional sin una reforma formal ha sido objeto de debate en otras decisiones recientes. La profesora Puerta también advierte que un cambio de esta magnitud podría convertirse en un precedente peligroso: “El problema que no han considerado los conservadores es que Esto podría ser revertido en el futuro, permitiendo que los liberales disfruten de una gran mayoría. Estas medidas de alteración de los procesos judiciales, sustentadas en la Constitución, también podrían ser utilizadas por los demócratas en futuro. Los magistrados de la Corte Suprema seguramente evaluarán esto, pues son conscientes de que sus decisiones tienen repercusiones a largo plazo”.
Se espera que el tribunal emita su fallo en las próximas semanas. Cualquiera que sea la decisión, marcará un precedente significativo acerca del alcance del poder presidencial, el rol de los jueces federales y la validez de una cláusula constitucional que ha definido el concepto de ciudadanía en los Estados Unidos por más de 150 años.