May 1, 2025

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Política

De nuevo y con la misma piedra, por José Carlos requena | Presunción

De nuevo y con la misma piedra, por José Carlos requena | Presunción

Un escándalo reciente sobre compañías falsas ha dado lugar a una situación crítica y preocupante. Este fenómeno se vuelve más alarmante en el contexto actual, donde se avecina el proceso electoral con características singulares. Agregar la inacción en medio de la crisis de seguridad solo agrava aún más la inestabilidad del panorama político.

El escándalo está relacionado con la mayoría de las numerosas ofertas electorales que se presentarán en abril de 2026. Por ejemplo, en la primera plana de ayer del periódico, se leía: «El 70% de las partes registran observaciones con firmas forjadas» (30/04/2025). Resulta sorprendente que la imagen reportada sea comparable a lo que comúnmente se escucha cuando se habla de informalidad en el proceso electoral.

De acuerdo con un comentario documentado de la experta Thalia Cadenas, los casos de irregularidades generales registrados por Reniec han alcanzado la escalofriante cifra de 306,364. Además, el informe señala que entre 2021 y 2025, Reniec envió un total de 130 informes técnicos a la JNE, lo que pone de manifiesto la magnitud del problema.

Sin embargo, como se discutió en la edición de ayer de este periódico, las acciones que la JNE puede tomar al respecto parecen ser bastante limitadas. En una extensa entrevista, el comandante de la JNE, José Luis Salas Arenas (RP, 4/2/2025), mencionó que la entidad ha estado monitoreando las situaciones «considerando la información que Reniec les ha proporcionado y excluyendo a las supuestas organizaciones sin fines de lucro».

Salas también comentó que no se puede «excluir a todos […] este problema no se limita a la JNE o al presidente». Hizo hincapié en que toda esta situación es supervisada por ROP, aunque recalcó que «ROP no puede simplemente declarar: ‘No registraré a nadie; detendré el registro cuando toda la información esté confirmada’, debido a las obligaciones y las acciones involucradas en el proceso.»

Es inquietante que a pesar de los significativos avances que la tecnología ha proporcionado, continúen surgiendo problemas de este tipo. También se han elaborado propuestas que buscan reducir la burocracia y la obstrucción regulatoria que parece dominar el proceso electoral.

Por ejemplo, hace más de dos años, Armando Barrantes lanzó una propuesta en la que abogaba por el «uso estándar de arreglos digitales u otros métodos análogos» para facilitar «el registro correspondiente». Barrantes concluyó con una observación: «Todos estos métodos son complejos pero fáciles de utilizar a través de teléfonos móviles simples, que no son aprovechados por los partidos políticos para la organización de la membresía, porque JNE aún no se atreve a administrarlo» («correo» Huancayo, 23/03/2023).

Estos problemas no son algo nuevo para la democracia en Perú. De hecho, se remonta a los últimos días de la administración de Alberto Fujimori, cuando el país se encontraba en medio de un proceso electoral, y este periódico condenó la creación de una planta dedicada a la elaboración de firmas fraudulentas, conocida como Perú 2000. Claramente, hemos aprendido poco de nuestra historia.

*La tienda abre sus páginas para ideas y reflexiones. En este marco plural, el documento no necesariamente coincide con las opiniones de los miembros del equipo que los firman, aunque siempre se respeta la diversidad de perspectivas.

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Redactor Andino