October 30, 2025

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Ciencia y Técnología

El futuro de la inteligencia artificial no está en la nube, está en el núcleo del átomo – El diario andino

El futuro de la inteligencia artificial no está en la nube, está en el núcleo del átomo

 – El diario andino

En las afueras de Palo, un pueblo agrícola del este de Iowa, todavía se pueden ver las torres grises de Planta de energía nuclear Duane Arnold. Llevan años en silencio, pero quienes viven cerca recuerdan el zumbido constante que acompañó su infancia. Durante casi medio siglo, ese reactor de agua hirviendo fue parte del paisaje y del suministro de energía del Medio Oeste.

Todo cambió en agosto de 2020, cuando un bien —un muro de tormentas con vientos huracanados—devastó cultivos de maíz y dañó torres de enfriamiento. Duane Arnold salió y nadie pensó que volvería a encenderse.

La planta, ya envejecida y con una licencia a punto de expirar, fue cerrada definitivamente. Parecía el final. Cinco años después, ese silencio atómico volverá a romperse, impulsado no por el Estado ni por la industria nuclear tradicional, sino por una empresa tecnológica: Google.

«Está vivo, está vivo». Victor Frankenstein gritó en la película de 1931. Nueve décadas después, ese grito resuena simbólicamente en Iowa: la central nuclear de Duane Arnold volverá a la vida. la resurrección Vendrá de Google y NextEra Energyque invertirá más de 1.600 millones de dólares para devolver el pulso a la planta en 2029.

Según ReutersGoogle comprará la mayor parte de la energía generada durante 25 años para alimentar sus centros de datos de inteligencia artificial, mientras que NextEra asumirá el control del 100% de la planta tras adquirir las acciones de sus socios locales.

Una reestructuración nunca antes vista. Reactivar una central nuclear no es tan sencillo como volver a pulsar un botón. En el caso de Duane Arnold, Google y NextEra Energy planean rehacer toda la infraestructura crítica, modernizar los sistemas de seguridad y pasar la inspección de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) antes de recibir una nueva licencia.

El proyecto no tiene precedentes: demostrar que una planta cerrada puede reactivarse con los estándares de seguridad actuales. “Reabrir una planta existente es más rápido y económico que construir una nueva desde cero” explican los analistas citados por el Financial Times. Si todo va bien, Duane Arnold volverá a producir energía en 2029, junto con Palisades y Three Mile Island, las otras dos piezas del renacimiento atómico estadounidense.

No es el primero ni será el último. Las grandes tecnológicas apuestan por reabrir las centrales nucleares. Por un lado, Microsoft firmó un acuerdo similar con Constellation Energy para reabrir la planta de Three Mile Island en Pensilvania, que se espera reanude sus operaciones en 2028. Por otro lado, Amazon está trabajando con Dominion Energy para desarrollar reactores SMR (Small Modular Reactors) en Virginia.

La propia Google ya había dado pasos en esa dirección: el año pasado anunció una alianza con Kairos Power para construir siete reactores SMR antes de 2030, con una capacidad total de 500 megavatios. Estos reactores modulares, más pequeños, más eficientes y seguros, se presentan como el futuro de la energía nuclear civil. Además, los SMR se pueden instalar cerca de los centros de datos, lo que reduce las pérdidas y los costos del transporte eléctrico.

La fiebre energética de la IA. La tendencia es inequívoca: las grandes tecnológicas están apostando por el átomo para impulsar la era de la inteligencia artificial. Cada nueva generación de modelos (desde ChatGPT hasta Gemini y Claude) exige miles de megavatios de energía adicional. Y el crecimiento apenas comienza.

En este contexto, OpenAI –creador de ChatGPT– ha solicitado al gobierno estadounidense un plan nacional para ampliar drásticamente la capacidad eléctrica del país. Como informó CNBCLa compañía pidió a la Casa Blanca que se comprometa a construir 100 gigavatios de nueva capacidad energética cada año, advirtiendo que China añadió 429 gigavatios sólo en 2024, en comparación con 51 en Estados Unidos. En su comunicado concluye con una frase que se convertirá en lema energético del sector: «Los electrones son el nuevo petróleo».

Riesgos y dudas. A pesar del entusiasmo, el proyecto de Google no está exento de polémica. El físico Edwin Lyman de la Unión de Científicos Preocupados advirtió en el Financial Times que Duane Arnold tiene «el mismo diseño que los reactores que se fundieron en Fukushima en 2011» y que sufrió «daños importantes, incluidas sus torres de refrigeración, durante el bien «Hasta que no se conozca una estimación realista del coste de la reconstrucción y las garantías de seguridad, no sabremos si se podrá generar electricidad a un precio asequible», afirmó Lyman.

Asimismo, el Wall Street Journal recoger las críticas de grupos ecologistas como el Sierra Club, que cuestionan la antigüedad del reactor, la degradación de sus componentes tras años de inactividad y la gestión de los residuos radiactivos. Sin embargo, incluso entre los escépticos hay consenso en un punto: el apetito energético de la IA no deja otra alternativa que explorar todas las opciones posibles.

yoLos electrones del futuro. Lo que está sucediendo en Iowa no es una simple reapertura industrial: es una declaración de intenciones del nuevo capitalismo tecnológico. Google, símbolo de la nube y la virtualidad, recurre al átomo más tangible y antiguo para sostener su futuro digital. La paradoja resume el momento: la inteligencia artificial necesita materia real, megavatios y electrones.

La planta Duane Arnold, que alguna vez marcó el ascenso y la caída del sueño nuclear estadounidense, podría renacer como el corazón energético de la IA. Y si las predicciones de OpenAI se hacen realidad, no será la última. En la nueva economía global, la electricidad será el petróleo del siglo XXI. Y en Iowa, Google acaba de encender la chispa nuevamente.

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| La cantidad de energía nuclear generada por cada país, detallada en este mapa interactivo

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Redactor Andino