November 24, 2025

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Ciencia y Técnología

el último provocó un gran cambio en su forma de vida – El diario andino

el último provocó un gran cambio en su forma de vida

 – El diario andino

Durante diez años, en el Parque Nacional de Kibali (Uganda) se libró una guerra silenciosa y brutal. Sus protagonistas no fueron los humanos, sino la comunidad de chimpancés ngogo más grande conocido, que mantuvo un conflicto constante con sus vecinos hasta que acabaron exterminándolos para quedarse con su territorio. Ahora la ciencia ha querido encontrarle un significado biológico a esto, y lo ha conseguido.

Algo natural. Desde fuera, este conflicto puede verse como algo muy sangriento, como el que vemos entre los propios humanos por dominar un territorio concreto. Pero la ciencia creía que había algo más detrás, y al final se ha visto que estas guerras Son más naturales de lo que pensamos dentro de la propia naturaleza. Y nos da una idea concreta de cómo funciona la mente de estos animales.

La revista científica PNAS acabo de encontrar la lógica biológica detrás de esta masacre, y no ha dudado en afirmar que estamos ante una estrategia evolutiva muy rentable. Después de la victoria, las mujeres del grupo ganador no sólo duplicaron su fertilidad, sino que la mortalidad infantil se desplomó.

Un botín de guerra. La investigación, dirigida por Brian Wood y el veterano antropólogo John Mitani, pone cifras a esta brutalidad. Y en este lapso de tiempo los Ngogo ampliaron sus dominios un 22% a costa de eliminar a los vecinos que en ese caso los ocupaban.

Pero así como los humanos suelen crear guerras para obtener más recursos, los animales parecen hacer algo similar. Esta expansión territorial trajo consigo una gran abundancia de recursos alimentarios que transformó por completo la demografía del grupo.

Para tener una idea, los investigadores en este caso compararon datos de los tres años anteriores a la conquista con los de los tres años posteriores. En este caso se vio que antes de la victoria solo hubo 15 nacimientos en el grupo, mientras que después de la victoria hubo 37 nuevas crías. Y no es algo aleatorio, ya que es la primera vez que se vincula el asesinato cooperativo entre grupos con «ganancia territorial y mayor éxito reproductivo».

El sentido biológico. Pero más allá de que en este entorno nacen más chimpancés, también se ha visto que sobreviven muchos más. Y en la población de chimpancés la mortalidad infantil es realmente alta porque sufren una grave desnutrición al inicio de su vida, además de enfermedades o infanticidio.

Los datos son bastante claros. Antes de ganar la guerra, el 41% de la descendencia moría antes de los tres años. Después de anexar territorio vecino y eliminar las amenazas fronterizas, esa cifra cayó radicalmente al 8%.

¿Porque? La ecuación es bastante sencilla: más alimento en el entorno, menos competencia y mayor seguridad al no haber tantas incursiones enemigas que maten a sus crías.

Josep Call, primatólogo de la Universidad de St Andrews, la define como «racionalidad biológica». No es una decisión moral, es pura selección natural: los genes de quienes aplican con éxito esta violencia tienen muchas más probabilidades de perpetuarse.

Patrullas de la muerte. Una pregunta que nos podemos hacer en este caso es cómo se puede organizar un animal de estas características para ir a la guerra. Y aunque podamos pensar que lo hacen sin pensarlo primero, la realidad es que organizan patrullas fronterizas muy bien calculadas en su territorio.

Al llegar a la frontera, estos animales cambian completamente su comportamiento, ya que se vuelven mucho más silenciosos para mantener el sigilo, con una estrategia bastante similar a la que podemos ver en un ejercicio militar humano.

En el momento en que se encuentran con un grupo rival, si les superan en número saben que no podrán ganar y lo más inteligente es retirarse. Pero si la situación es contraria, será atacada sin piedad.

Los ataques incluyen golpes, mordiscos y desmembramientos. Se trata de una violencia coordinada que, en el caso de los Ngogo, se vio favorecida por un factor demográfico inusual: contaban con un número desproporcionado de varones, lo que les permitía formar “escuadrones” de patrullaje más letales que los de sus vecinos que no contaban con esa ventaja.

¿Guerra? Aunque el paralelo con los conflictos humanos es inevitable, los científicos prefieren el término «violencia intergrupal». Las razones que existen para defender esta diferencia son que entre los chimpancés no hay ideología, sino que lo hacen exclusivamente por necesidad biológica, como tener alimento o proveer a los miembros más pequeños de la comunidad. Y lo cierto es que aniquilar a los vecinos es una de las formas más inteligentes de conseguirlo.

Imágenes | satya profundo

En | Estos investigadores no sólo están convencidos de que los chimpancés pueden hablar, sino que tenemos pruebas desde 1962

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Redactor Andino