El verdadero tamaño de los microplásticos que pueblan nuestra vida, expuesto en este inquietante gráfico – El diario andino



Tenemos un problema gigantesco con los microplásticos. Estos elementos parecen impregnar todo lo que nos rodea: desde agua del grifo, lechuga o incluso en los testículos y elementos arqueológicos con siglos detrás de ellos. La dificultad para luchar contra ellos es que tendríamos que Pon nuestros hábitos de consumo Para lidiar con este enemigo casi invisible.
Y este gráfico preparado por Capitalista visual Nos permite poner el tamaño de los microplásticos en contexto al compararlos con más elementos cotidianos.
En resumen: pequeño. Hablando de microplásticos, realmente abarca partículas muy diversas. Los más grandes miden aproximadamente 5,000 micras, que son cinco milímetros. Son pequeños, pero perfectamente identificables a simple vista. En el extremo están aquellos que miden una micra, y allí la identificación es complicada porque estamos hablando de 0.001 milímetros.
En el gráfico (que toma datos De agencias como la EPA, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos) podemos ver una comparación ampliada que nos permite colocar un microplástico de un micrófono con una partícula de polvo, el diámetro de un cabello humano (aproximadamente 80 micras) o un grano de arena (90 micras). Si un cabello parece ‘fino’ y es 80 veces más grueso que uno de los microplásticos más pequeños, imagine el tamaño de esa partícula.
El nanoplástico. Hay otra categoría: nanoplástica. Aquí estamos hablando de aquellas partículas que miden menos de una micra y que entran en una escala totalmente diferente. Los nanopáticos son el resultado de la rotura de plásticos más grandes como contenedores de alimentos, Utensilios de plástico o cualquier elemento producido con este material que usamos en nuestro día a día.
A medida que se rompen, se convierten en piezas cada vez más pequeñas que entran en la nanoescala cuando miden menos de una micra. Allí no se pueden comprar con elementos más familiares, como un grano de sal, pero directamente con partículas como las del coronavirus, que mide entre 0.1 y 0.2 micras.
Problema. Sus dimensiones hacen microplásticos ser omnipresenteSiendo las pequeñas partículas que incluso están vinculadas a otras partículas suspendidas, como el polvo que aspiramos. La estimación es que un adulto puede ingerir entre 39,000 y 52,000 partículas microplásticas por año solo para la dieta, pero otras fuentes como esa exposición al aire deben tenerse en cuenta.
Y hay más y más estudios que alertan a otras fuentes de microplásticos. Por ejemplo, contenedores que todos usamos como tuppers. Además, aquellos que se separan cuando cortan alimentos en una mesa de plástico son «fáciles» de identificar e incluso corregir con un cambio en nuestros hábitos, pero hay otros microplásticos que ya se encuentran en agua embotellada. España es uno de los países europeos que consume el agua más embotellada, por lo que arrojar cuentas de forma sombría.
Salud. Por ahora, más que daños, hay indicaciones preocupantes. Se han encontrado microplásticos en sangre, pulmones, placenta, corazón, cerebro y en los testículos antes mencionados. Ya existen asociaciones entre estas partículas y afecciones, como inflamación cónica, estrés oxidativo o alteraciones inmunológicas.
Se investiga si la presencia de microplásticos en los vasos capilares puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco o problemas cardiovasculares, pero algo que agrega más picante a la ecuación es que estos nanoplásticos podrían penetrar Las barreras biológicas. ¿Como? Cruzando las membranas celulares como lo haría un virus.
Y ecosistemas. Y, obviamente, son partículas que están presentes en prácticamente cualquier esquina. Allí, entran en suelos agrícolas, lagos y océanos. Además de las condiciones similares al humano que podrían tener otros organismos, somos lo que comemos y Los animales se alimentan de elementos que contienen microplásticosEntonces esas partículas terminan dentro de nosotros.
Como decimos, hay cada vez más una mayor preocupación por el estado de los microplásticos que nos rodean, pero el gran problema es que eliminarlos parece especialmente complicado cuando, miramos a dónde miramos, hay microplásticos. La nota positiva? Cómo cambiar los hábitos a gran escala parece complejo, ya hay quienes están investigando filtros para reducir la cantidad de microplásticos que nos llegan.
Además de prácticas mucho más invasivas, como filtrarse con sangre humana … si tiene dinero.
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