En 1995 apareció un programa que prometía duplicar la RAM de tu PC. En el mejor de los casos lo que hice fue no gastar más – El diario andino


Los años 90 fueron maravillosos en el mundo del software y el hardware. Trolls épicos como los 299 dólares de la primera PlayStation, el mítico Windows 95 lavanda o el emulador de PlayStation presentado por el mismísimo Steve Jobs. A mediados de década salió un programa que prometía lo imposible: duplica la cantidad de RAM en tu PC.
Su nombre era SoftRAM 95 y, aunque hoy nos hace levantar una ceja, en su día vendió cientos de miles de copias por 80 dólares cada una. Y spoiler: no sirvió de nada.
SoftRAM 95, la solución milagrosa para la RAM de tu PC
El lanzamiento de un programa como este es producto de su época, una en la que los usuarios podían ser menos ‘expertos’ que ahora por razones más que lógicas y en una industria en la que todo se aprendía y desarrollaba sobre la marcha. Hubo momentos en que los más inteligentes eran los que obtenían resultados, pero una empresa llamada Suncronys Softcorp aprendió la lección de la manera más difícil.
Corría el año 1995 y Windows 95 empezaba a revolucionar los hogares. Aunque el sistema de Microsoft hizo que controlar una PC fuera más accesible que nunca (desafortunadamente para Steve Jobs), el hardware todavía tenía una barrera de entrada brutal: el precio.
Todavía eran dispositivos caros, muy caros, por lo que ahorrar en componentes ahorraba unos cuantos dólares. La RAM era uno de esos componentes por los que pagabas oro por KB, pero… ¿y si existiera un programa que, por unos pocos dólares, duplicara la cantidad de memoria de nuestro PC? ¿Y si hiciera todo esto sin tener que tocar ninguna pieza de nuestro equipo?
Ahí es donde la californiana Syncronys Softcorp vio un filón y -ahora podemos decir que de mala fe- lanzó su programa: SoftRAM 95. Salió a la venta en agosto de 1995 y se estima que vendieron la friolera de 600.000 copias hasta diciembre de ese mismo año. En aquellos días, era realmente escandaloso. Y la pregunta lógica es cómo logró lo que prometió.
El respuesta larga es que comprime la memoria, por lo que cuando el sistema operativo necesitaba guardar datos de la RAM al disco duro, SoftRAM 95 los comprimiba antes de escribirlos, reduciendo la cantidad de espacio necesario en el disco y permitiendo que la RAM tuviera más espacio disponible. El concepto, a grandes rasgos, es correcto, y la interfaz del programa nos decía que sí, felicidades, tenías el doble de RAM.
La respuesta larga es que no hizo lo que prometió. Aunque técnicamente iban por buen camino, este proceso en su momento resultó tremendamente ambicioso por una razón: la velocidad tanto de la RAM como de los discos duros primitivos era tan absurdamente lenta que, efectivamente, no se pudo cumplir el objetivo. Lo sabían desde lo alto de Syncronys, pero no les importaba: el dinero llegaba a raudales porque cada licencia costo unos 30 dólares.
Bajo la lupa de la prensa… y Microsoft
Sin embargo, las cosas rápidamente salieron mal. Una revista de la época llamada PC Magazine enviado el software a un análisis Cómo se deberían hacer estos análisis: comprobar si el programa realmente hizo lo que prometió.
Utilizando bloques de datos para evaluar si la compresión era efectiva, descubrieron que los tiempos de procesamiento eran exactamente los mismos con datos comprimibles y con datos aleatorios que no se podían comprimir. Llegaron a la conclusión de que lo único que hizo SoftRAM fue mostrar una pantalla animada lo que daba al usuario la percepción de que estaba trabajando cuando, en realidad, no hacía absolutamente nada.
Pero más allá de la prensa, quienes pusieron sus manos en el software fueron Bryce Cogswell y Mark Russinovich, dos ingenieros de Microsoft que disecado el programa a nivel de código. Básicamente, confirmado la sospecha fundada de PC Magazine y señaló que el programa nunca funcionó.
Es decir, el dispositivo controlador de paginación – esa compresión de la RAM para transferirla al disco duro – se cerró justo al cargarpor lo que nunca hizo nada más que mostrar números falsos mientras el sistema operativo funcionaba exactamente como debería, ya sea que el programa estuviera instalado o no.
Cuando dije antes que la dirección de Syncronys lo sabía no era porque viéramos la historia con los ojos del presente. Cuando se reveló todo, informaron que no se estaba realizando la compresión de RAM y, además, se supo que vendieron el software a pesar de que sus desarrolladores habían advertido que el producto no estaba listo. Y no fue unLo iniciaré y lo arreglaré.como muchos juegos actuales”, porque en 1995 las actualizaciones por Internet no eran la norma.
Justo cuando la empresa pensaba que todo había terminado, llegó la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos. Después de su investigación, Syncronys finalmente reconoció que había tergiversado el rendimiento de su producto y le prohibió vender más copias tanto de SoftRAM para Windows 3.1 como de SoftRAM 95. En total, ambas versiones colocaron 700.000 copias en el mercado y Syncronys se declaró en quiebra en julio de 1998, debiendo 4,5 millones de dólares.
La idea no murió con SoftRAM
Al final, lo que hizo SoftRAM El mejor de los casos era no consumir los recursos de su PC.y fue uno de esos intentos de vender lo que sea en un mercado todavía algo ingenuo. Para Mundo PCjunto a AOL y jugador realSoftRAM es el peor producto tecnológico de todos los tiempos. Pero claro, de cara al 2025, quizás te preguntes… ¿qué pasa con soluciones como ReadyBoost para Windows Vista y la expansión de memoria móvil?
Es otra cosa y, aunque ambos prometen mejorar el rendimiento mediante el uso de “memoria extra”, es algo muy diferente a lo que hizo SoftRAM.
ReadyBoost, por ejemplo, te permitía utilizar la memoria de un pendrive como caché para acelerar el acceso a datos frecuentes. Actuaba como una extensión de la memoria virtual del sistema y la teoría es correcta, pero nuevamente nos topamos con la limitación de velocidad de los USB de la época. En general, había algún beneficio si el USB era rápido y el HDD era más lento, pero no era un escenario tan común.
Respecto a la ampliación de memoria en los móviles actuales, aunque según mis pruebas no se nota en el día a día, puede resultar útil bajo determinados procesos. Al final, lo que utiliza es parte de un almacenamiento que, ahora, es muy rápido para ser utilizado como caché de datos frecuentes. Como ReadyBoost, pero sin necesidad de un dispositivo externo.
Por tanto, aunque SoftRAM era una enorme estafa enmascarada con una pantalla “bonita”, la base técnica estaba ahí (en teoría), pero la tecnología de la época lo hacía inviable. Simplemente se adelantaron 30 años y cometieron un engaño deliberado con un software que era un placebo.
O lo intentaron.
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