October 16, 2025

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Ciencia y Técnología

ha comprado más misiles a EE.UU. en sólo dos años que en todo el último siglo – El diario andino

ha comprado más misiles a EE.UU. en sólo dos años que en todo el último siglo

 – El diario andino

Durante meses, Washington convirtió a España en su ejemplo de desobediencia dentro de la OTAN. Trump incluso amenazó con castigos comerciales por un gasto militar “bajo”, mientras que Bruselas y La Moncloa ellos defendieron su propio ritmo de inversión y advirtió que las cuentas públicas no podrían soportar una escalada descontrolada. Pero detrás de eso lucha diplomática Y hubo algo más en los reproches intercambiados. Un “proyecto de ley” que menosprecia a ambos y que revela una historia muy diferente sobre hasta dónde llegó España para apaciguar a su aliado más poderoso.

La amenaza arancelaria. Todo empezó con una airada advertencia de la Casa Blanca: Donald Trump, irritado por la negativa de Pedro Sánchez a elevar el gasto en defensa al 5% del PIB, planteó públicamente “castigar” a España con aranceles. La amenaza, ocurrida tras una cumbre con Javier Milei en Washington, marcó un nuevo nivel de presión política sobre un aliado histórico.

el presidente americano acusado madrid de “aprovecharse” de la protección de la OTAN sin contribuir lo suficiente y, en una mezcla de bravuconería y cálculo electoral, insinuó que podría convertir la disputa presupuestaria en un frente comercial. Detrás de la retórica había una intención Más adentro: obligar a Europa a financiar la contención de Rusia con sus propios recursos y, en el proceso, apuntalar la industria militar estadounidense.

La respuesta. Ni la Comisión Europea ni el Gobierno español tardaron en responder. Bruselas recordado que la política comercial es competencia exclusiva de la Unión y que cualquier intento de penalizar a un Estado miembro tendría consecuencias. Madrid, por su parte, se esforzó en resaltar que su gasto militar había crecido más del doble en apenas siete años (del 0,98% del PIB en 2017 al 2% en 2025) y que el debate no era gastar más como eslogan, sino hacerlo con sentido estratégico y dentro de las capacidades reales del país.

Al mismo tiempo, España insistió en que contribuye a la disuasión colectiva y que su aumento presupuestario, aunque más gradual que el deseado por Washington, es parte de un modernización estructural de sus Fuerzas Armadas. Sin embargo, entre líneas, la tensión reflejaba algo más: el temor a que las demandas norteamericanas acaben condicionando la orientación industrial y tecnológica de la defensa europea.

El giro silencioso. Y ni una cosa ni la otra. el diario El País ha publicado Cifras que confirman lo que hasta hace poco era sólo una intuición: España ha comprado más armas americanas en los últimos dos años que en casi un siglo. Entre 2023 y 2024, el Gobierno español encargó material militar para más de 4.500 milloness de euros a Estados Unidos, una cuarta parte de todo lo adquirido desde 1950.

Los contratos incluyen sistemas Patriot, helicópteros MH-60R y equipamiento auxiliar que supone el mayor volumen de gasto con un único proveedor en la historia reciente de la defensa española. De acuerdo a la DSCA (Agencia de Cooperación para la Seguridad y la Defensa), ventas a España alcanzó los 2.907 millones de dólares en 2024 y 1.682 millones el año anterior. En otras palabras: mientras Washington denunciaba públicamente la falta de compromiso, Madrid llevaba a cabo una de las mayores operaciones de compra de su historia, canalizando miles de millones hacia la industria militar estadounidense.

El contexto geopolítico. El repunte coincide con el nuevo ciclo de rearme europeo tras la invasión rusa de Ucrania, el mismo que ha disparado los presupuestos militares de toda la OTAN. En este contexto, España ha acelerado la modernización de sus fuerzas con gasto adicional de 10.471 millones de euros en 2025, adelantando cuatro años el objetivo del 2% del PIB.

Para financiarlo, el Ejecutivo ha recurrido a préstamos a interés cero, programas de modernización industrial y partidas de I+D, un marco financiero que permite seguir gastando sin reforma presupuestos generales. Sin embargo, esta expansión tiene un revés: el fortalecimiento de la dependencia tecnológica de Estados Unidos, que se consolida como el principal proveedor de sistemas críticos y reduce el margen de maniobra para avanzar en la autonomía estratégica europea.

Pragmatismo presupuestario. Si también quieres, el contraste entre el Amenazas de Trump y el flujo registro de contrato con empresas americanas ilustra el equilibrio que España ha intentado mantener: resistir el discurso público de castigo y al mismo tiempo, en la práctica, satisfacer las exigencias estratégicas de Washington y cubrir sus propias deficiencias operativas.

El resultado no podría ser más paradójico. A los ojos de la OTAN, Madrid se reúne más rápido de lo esperado y, a los ojos de sus socios europeos, corre el riesgo de debilitar los esfuerzos por consolidar una base industrial común. El movimiento también redefine la relación bilateral con Washington, que pasa de la retórica del reproche al pragmatismo de la transacción: mientras el presidente norteamericano muestra músculo políticosu industria obtiene los beneficios.

Una lección. La verdad es que la historia de estos dos años revela cómo las decisiones de defensa, más allá de porcentajes y titulares, son una moneda geopolítica. España ha demostrado capacidad para responder a las presiones externas sin romper su narrativa interna, pero el coste a largo plazo (dependencia, coherencia industrial y autonomía tecnológica) aún está por medir.

Así, en esencia, la pregunta vuelve a ser la misma de siempre: si Europa puede rearmarse sin volver a caer en el viejo patrón de subordinación industrial que durante décadas alimentó la división transatlántica. España, con su registro de compras al “amigo” estadounidense y su discurso de soberanía, encarna hoy esa contradicción: la de un continente que busca la independencia, pero sigue comprando su seguridad al otro lado del Atlántico.

Imagen | Kelly Michaels, NACIDO

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Redactor Andino