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Ciencia y Técnología

La respuesta estaba al otro lado del Pacífico, en Japón – El diario andino

La respuesta estaba al otro lado del Pacífico, en Japón

 – El diario andino

No es suficiente prometer que un avión es menos ruidoso. Tienes que demostrarlo. Eso es lo que la NASA propuso con su X-59, un plano experimental que quiere cambiar El futuro del vuelo supersónico. Para lograr esto, necesitaba datos. Datos muy precisos. Y, por lo tanto, aunque el proyecto es estadounidense, se llevó a cabo una parte clave de la validación en Japón, en una de las instalaciones de referencia supersónica en Asia.

El X-59 Quesst es un avión experimental creado con una misión muy específica: demuestra que se puede volar a la velocidad supersónica sin que eso significa un estruendo en la tierra. Lo que la NASA quiere eliminar no es la velocidad, sino el ruido. El clásico auge Sonic, esa explosión seca que retumba cuando un avión supera la barrera del sonido, sigue siendo uno de los grandes obstáculos para el vuelo supersónico Volver a la aviación comercial. El X-59, por otro lado, promete algo diferente: Un leve GOLPEARApenas notable desde el suelo, gracias a un diseño que controla, y se desintegra, las ondas de choque antes de que se basen en una explosión acústica.

Pero no es suficiente diseñar una forma estilizada y alargada. No es suficiente simularlo en una computadora o anticipar su comportamiento con los modelos computacionales. Lo que define X-59 no es solo su silueta, sino la firma sonora que se proyecta Cuando vuela a Mach 1.4. Esa firma, esa huella acústica debe medirse con precisión quirúrgica. Y ahí es donde Japón ingresa a la escena.

La NASA no hizo todo en casa: la parte clave de la validación se realizó en Japón

Aunque el epicentro del proyecto se encuentra en Palmdale, California, bajo la dirección de Lockheed Martin Skunk Works, parte de su validación más delicada se llevó a cabo al otro lado del planeta. En lugar de limitarse a probar su modelo en sus propias instalaciones, La NASA decidió repetir las pruebas En un túnel de viento supersónico de la Agencia Espacial Japonesa (Jaxa), ubicada en Chofu, Tokio. Allí, investigadores de ambas agencias Expusieron un modelo de aviónSe redujo al 1.62 % de su tamaño real, 50 centímetros de punta a cola, a condiciones que simularon su velocidad de crucero. El objetivo era claro: verificar cómo el aire fluía alrededor de la aeronave y, sobre todo, registrarse con el nivel de precisión más alto posible su firma sonora.

La elección de Japón no era simbólica. Como detalla la propia NASAEsta fue la tercera ronda de pruebas de túnel de viento realizadas con ese mismo modelo: una se hizo en Ohio, en el Centro de Investigación de Glenn; otro, en el mismo túnel Jaxa años antes; Y este último, también en Chofu, se planteó como parte de una estrategia de validación cruzada. Incluso si coloca el modelo en otro túnel de viento, se obtiene una versión ligeramente diferente de los datos, eso es algo bueno, Melissa Carter explicóResponsable del proyecto supersónico de la NASA. «Al usar el mismo modelo en ambos túneles, podemos aumentar la certeza de los datos y nuestra comprensión del diseño X-59».

La medición del perfil de presión, la huella acústica que deja el avión cuando rompe la barrera del sonido, no admite errores. Y la mejor manera de reducir cualquier margen de incertidumbre es verificar eso, En diferentes condiciones Y con instrumentación independiente, los resultados siguen siendo consistentes. Eso es lo que permite la colaboración con Jaxa. Como parte de un acuerdo firmado en 2020Ambas agencias se comprometieron a compartir datos, comparar metodologías y repetir ensayos en ambos países, lo que refuerza la solidez de todo el experimento.

El túnel de viento donde se realizaron las pruebas no es ninguno. Es una instalación supersónica operada por Jaxa, con una sección de poco más de un metro por un metro. Aunque sus dimensiones pueden parecer modestas, son ideales para trabajar con modelos muy pequeños como X-59. En él, el flujo de aire puede alcanzar velocidades suficientes para simular condiciones de vuelo reales, que es justo lo que buscaban los ingenieros de la NASA.

Para Jaxa, la oportunidad también fue clave. La agencia japonesa ha estado desarrollando su propio programa de vuelo supersónico «silencioso» durante años, Con proyectos como Sky Frontier. Compartir información con la NASA le permite Refina sus propios diseños, Aprenda de diferentes enfoques y valida sus herramientas de simulación con datos reales. A cambio, ofrece experiencia, equipo e infraestructura que complementan los de los Estados Unidos.

Imágenes | NASA (1, 2, 3) | Roméo A.

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Redactor Andino