La Revolución Francesa propuso dividir el día en diez horas. No tuvo éxito, pero un artista ha creado relojes que respetan esa idea. – El diario andino

Al parecer es un reloj normal: su división por horas, sus dos agujas (sí, ya sabemos que si eres de la Generación Z es muy posible que no sepas leer la hora en este dispositivo, pero supongamos que todos pensamos que esto parece un reloj tradicional)… Sin embargo, si te fijas bien verás que hay una diferencia extraordinaria: la esfera está dividida en diez espacios en lugar de los doce habituales. En nombre de Lewis Carroll, ¿qué diablos es esto?
Ruth Evans, provocando. El reloj es obra de la artista Ruth Ewan y forma parte de una serie de creaciones similares, denominada ‘We Could Have Been Anything That We Wanted To Be’, presentada originalmente en Folkestone Artworks en 2011. Se trata de una trienal de obras de arte urbano que, en su última edición, incluye 91 obras de 52 artistas. Ewan, artista escocesa cuyas obras contienen siempre un mensaje social, ha retocado para la ocasión algunos de los relojes que creó hace casi quince años para el concurso.
Cómo funcionan. La extraña disposición de los números no es una decisión estética, sino que estamos ante relojes que dividen cada día en diez horas, cada hora en cien minutos y cada minuto en cien segundos. La medianoche tiene lugar a las diez y el mediodía a las cinco. Actualmente ya lo sabes: un día tiene 24 horas, cada una de las cuales tiene 60 minutos, cada una con 60 segundos. A partir de ahí también utilizamos decimales: un segundo tiene diez décimas de segundo, cien centésimas o mil milésimas. Pero la de Ewan es una división del tiempo absolutamente racional, que no es caprichosa: tiene una base histórica.
Haciendo historia. Como ya dijimos, el sistema de diez horas se implementó oficialmente en 1793 como parte de las reformas radicales impulsadas por la Revolución Francesa. Este sistema decimal pretendía simplificar los cálculos y romper con el pasado, alineándose con otros aspectos revolucionarios como el calendario republicano que dividía el año en 12 meses idénticos, de 30 días cada uno y 10 días por semana.
El uso de la hora decimal fue obligatorio desde finales de 1793 hasta abril de 1795, cuando se suspendió su uso al cabo de sólo 500 días, debido a la gran resistencia popular y a la dificultad de adaptar la vida cotidiana y los relojes existentes a este nuevo sistema. Algunos relojeros intentaron crear relojes con numeración dual (decimal y tradicional) para ayudar en la transición, pero el cambio chocó con las costumbres y las necesidades comerciales que dependían del sistema tradicional.
¿Qué significa? La intención de Ewan con este reloj es mostrar cómo los cambios en la organización del tiempo también pueden simbolizar profundas transformaciones sociales, y propone una nueva forma de percibir el mundo y cuestionar los sistemas actuales. Recordemos que la Francia revolucionaria buscó introducir la razón, la igualdad y la eficiencia en todos los aspectos de la vida social, incluida la medición del tiempo.
Con algo tan simple como recordarnos que el tiempo puede percibirse de manera muy diferente con un simple cambio en los artefactos con los que lo medimos, Ewan propone un posible nuevo orden social y una invitación a imaginar futuros alternativos. La obra cuestiona la rigidez del tiempo cronológico capitalista, y por eso Ewan preparó y distribuyó algunos panfletos que hablaban del concepto utópico del tiempo en la Revolución.
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