Rafael López Aliaga | MML | Reuniones ayer y hoy, por Juan Paredes Castro | Presunción – El diario andino

Es un largo estado de derecho en Perú que no existe un megaproyect o puede: regule a un príncipe o alcalde que no pasa por un rodillo vacilante no solo de la insatisfacción de la gente sino de las preocupaciones y cintas de las autoridades y oponentes.
Cada jefe sabe que sus principales tareas deben ir en contra del contratista de política, burocracia, corrupción privada y estatal e incluso restricciones y errores de su propia planificación gerencial.
Desde el SO, Zanjón de Luis Bedoya Reyes hasta el tren Rafael López Aliaga, que atraviesa el Metropolitano de Luis Castañeda Losio, Alan García Electric Train, Ruta expresa Javier Prado Derto andrade o el aeropuerto colonial de la Agencia en Rage en trapo. No ha registrado su batalla heroica sin un cuarto.
Desde la jungla de Jadarvegur Fernando Belaunde hasta el puerto internacional de Chancay, que Boluarte fue introducido y viajó por el sur y el norte -interoceanico, Alejandro Toledo, el gasoducto en el aeropuerto de South -llanta Humala y Chinchero Internacional,
Sin embargo, como era venganza con la historia, hay trabajos difíciles que han terminado al ser una solución en la vida de las personas: expresar la forma de Paseo de la Republica; Metropolitano de Lima; Líneas 1 y 2 en el metro de Lima; Y el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, que muchos pretendían los defectos que nadie habla o discute.
Cada tarea o obras públicas tiene su período de crisis, prueba de éxito o fracaso y, finalmente, el jefe de turco que debe responder a políticamente y, a veces, criminal por lo que hizo o dejó de hacer.
Ahora ha tocado su turno con el alcalde metropolitano de López Aliaga en su dura lucha por poner trenes usados que fueron transportados desde California en las mejores acciones del río Fat Lima-Chosic-Lima de hoy. El problema no se trata tanto de la composición, el transporte y los permisos que deben ser seguidos por el proyecto. El problema se basa principalmente en cómo tratar con el gobierno, especialmente con el Ministro de Transporte, César Sandoval, no exactamente decidido a facilitar el rápido suministro social y público de trenes.
Es sorprendente que la personalidad abierta, de comunicación y reconciliada, como el Ministro Sandoval, no pueda encontrar rendimiento o solución a algunos procesos de burocracia que son indudablemente complejos, pero de alguna manera insuperables. También es necesario que tanto López Aliaga como Sandoval se opongan mejor a sus discursos y declaraciones y continúen tomando buenas encimeras y discusión para poner fin a sus disputas. Lo que ninguno de ellos puede prohibir es una filosofía social y social demonizada, siempre cargada de desconfianza, sospecha y cintas, aún más en las elecciones.