«Siente, piensa y luego actúa» – El diario andino
Guido Sánchez, autor de «Plan B», manual para emprender en tiempos de crisis, locutor y conductor del programa «Emprende si o si», de Perú21TV, nos habla de una de las verticales de su negocio que es la educación emprendedora en las escuelas.
¿Cómo surgió el programa de educación empresarial que traes a las escuelas?
Hace unos 16 años recibí una llamada del colegio Villa María de la Planicie y me dijeron que querían enseñar a sus alumnos a emprender. Me dicen que están participando en un programa que querían reemplazar y mencionaron que yo podría ser la persona que pueda ayudarlos. Les pregunté qué necesitaban y dijeron: «Necesitamos tres cosas: método, estrategia y contenido».
¿Por qué los programas de educación empresarial necesitan estos tres elementos?
Me explicaron que el programa que quieren salir tiene sólo una parte estratégica, pero no contenido ni método. Lo cual terminó siendo una competición interesante y bonita, pero no educativa, porque no era para toda la sala. Solo se seleccionó un equipo y ese grupo participó. Generalmente, había entre cinco y diez estudiantes incluidos en una clase de 30 estudiantes.
¿Cómo asumiste el desafío?
El desafío fue fascinante para mí, pero aún más fascinante fue la gran oportunidad de que alguien viniera y te pidiera ayuda como emprendedor. Entonces lo primero que pasó fue la co-construcción del programa con ellos. Entonces empezamos y preparé un método que es crucial para nosotros: el método SYSA, que tiene tres bases.
¿Cuáles son los conceptos básicos del método SYSA?
El primero es el sentimiento. Conéctate con tu propósito, con la empatía, con la emoción. Porque si no te ilusiona no empiezas. Es más fácil empezar cuando estás emocionado, porque una de las emociones más importantes es la pasión. Y la pasión siempre engendra el deseo de cosas difíciles, porque sólo la dificultad saca lo mejor de nosotros. Esto es algo que la educación en general ha perdido. La educación nunca ha trabajado la parte emocional y emocional.
¿Cuál es el otro fundamento de este método?
El segundo fundamento es que toda emoción provoca una reacción. Y para no tener reacciones que nos puedan llevar al arrepentimiento, filtramos la emoción con el pensamiento, el conocimiento y la razón. Entonces el segundo fundamento es Pensar, utilizar el conocimiento, el análisis y la estrategia. Por ejemplo, imagina que quieres crear una revista de negocios, porque realmente te entusiasma. Muy bien. Ahora establece filtros: conocimiento, inversión, tu equipo, estrategia. Tienes que poner conocimiento en tu proyecto para hacerlo realidad.
¿El tercero?
Sentir, pensar y actuar es la tercera base. Esos son los tres pasos que hemos inculcado. Y de hecho, el método SYSA de pensamiento y comportamiento emprendedor empezó a funcionar tan bien que en 2017, en SYSA tuvimos la suerte de que un economista en Estados Unidos postuló a una beca Fulbright en la que se proponía evaluar el impacto del programa Escuela de Emprendimiento en Perú, que era nuestro proyecto. Ganó una beca, hizo una evaluación de impacto para el gobierno norteamericano y para su universidad y encontró evidencia de que el trabajo que estábamos haciendo era fundamental porque estábamos trabajando en las 11 características de los emprendedores exitosos.
¿Cómo utilizar estas 11 funciones?
Cuando un niño ingresa al programa, se le realiza una evaluación psicométrica que valora las 11 características emprendedoras del método SYSA: resiliencia, autoestima, entre otras habilidades. La idea es que el profesor vuelva a hacer la prueba a final de año y vea cómo cambian los alumnos. Los resultados permitieron confirmar que el método funciona y que el docente adoptó un comportamiento emprendedor. Es decir, aquellos que ponen emoción en lo que hacen.
¿Cuál fue el proceso de ampliación del programa?
Empecé con colegios privados exclusivos. Entonces vienen los Añaños y me dicen: «Oye, ¿por qué haces esto en escuelas exclusivas? Vamos a las escuelas públicas». Me dijeron: «Voy a comprar el programa y donarlo a las escuelas públicas». Entonces cuando vengo a enseñar a los profesores me dicen: «Lo que nos pagan no me alcanza, por eso tengo un negocio familiar, y lo que ustedes me enseñarán me ayuda a mí, a mis hijos y a mis alumnos». Entonces el proyecto funciona.
¿Con cuántas escuelas has trabajado ya?
Trabajamos en dos modalidades: la escuela privada, que pone en la lista de útiles los libros que les damos a los estudiantes, y con la escuela pública, hay instituciones que nos compran el programa para donarlo a estas escuelas. Y dentro de estos clientes tenemos bancos, empresas mineras, gobiernos regionales, municipios. Actualmente estamos haciendo un programa piloto con el municipio de Urubamba, para obras tributarias.
Tenemos entre 260 y 270 escuelas públicas y privadas en el Perú, más de 2.000 docentes capacitados a lo largo de los años y toda la influencia que he creado entre jóvenes y adultos.
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