Soldados israelíes matan impunemente a niños palestinos en Cisjordania: sólo sus padres claman por justicia | último | MUNDO – El diario andino
Patricia Martínez Sastre/EFE
Lo último que hizo Mohamed al Halaq, de 9 años, el 16 de octubre antes de que una bala le atravesara el abdomen fue jugar al fútbol con sus amigos: un disparo de un soldado israelí acabó con su vida, así como con la de los más de 200 niños y niñas que han muerto por el fuego israelí en Cisjordaniaa partir del 7 de octubre de 2023.
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Alia, madre del pequeño y de otros cuatro menores de 15 años, no puede contener las lágrimas mientras habla con Efe sentada en el sofá de la humilde casa familiar; ubicado en la remota aldea de Rihiya, al sur de Hebrón.
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Su hija Sila, de 6 años, se seca las lágrimas con un pañuelo cuando se ve obligada a detener su relato. También es Sila quien le pregunta si Mohamed no puede bajar del cielo para acompañarla, como hacía todos los días, hasta la puerta del colegio de niñas.
«Quiero que el soldado que mató a Mohamed sea juzgado y castigado y que lo que yo sufrí no lo sufra ninguna otra mujer palestina. Hasta los 33 años, no había experimentado un dolor similar al de la muerte de Mohamed. Mi corazón está roto», dice Alia.
La familia ha ido reconstruyendo lo ocurrido el 16 de octubre gracias a testigos y familiares, que trasladaron en coche el cuerpo ensangrentado del niño al hospital de la cercana ciudad de Yatta. Quienes lo transportaban optaron por tomar una carretera secundaria, por miedo a ser detenidos por los mismos vehículos militares que habían invadido Rihiya: alargando el viaje 30 minutos, mientras Mohamed se desangraba.
Su muerte se pronunció a las 19.07 horas, según un parte médico, tras realizarle 10 ciclos de reanimación cardiopulmonar (300 compresiones en el diminuto tórax).
Lo último que hizo Mohamed al Halaq, de 9 años, antes de que una bala le atravesara el abdomen fue jugar al fútbol e intentar huir de los soldados israelíes. Aún así, un solo disparo acabó con su vida: como las de más de 200 niños y niñas asesinados por fuego israelí, en Cisjordania, desde el 7 de octubre de 2023. En la imagen, la madre de Mohamed muestra las pertenencias de su hijo. EFE/Magda Gibelli
/Los niños palestinos son “terroristas”
La muerte de Mohamed no es una excepción. Como él, otros 45 niños han sido asesinados en 2025 por el Ejército, y algunos por colonos israelíes, en Cisjordania y Jerusalén Este, según el Ministerio de Sanidad y documentación de la ONG Defensa de los Niños Palestina. Esto equivale a la muerte de un niño cada semana.
Desde el inicio de la ofensiva bélica en Gaza, que ha servido de escudo a Israel para desatar una espiral de violencia, demoliciones y nuevos asentamientos en Cisjordania, lEl número de palestinos asesinados asciende a más de mil, entre ellos 213 menores, según la OCHA.
El Ejército israelí -que no respondió a las preguntas de Efe- dijo a la prensa local sobre la muerte de Mohamed que las tropas dispararon «contra los sospechosos de tirar piedras» y que sigue abierta una investigación de la Policía Militar -que suele cerrarse a los meses sin consecuencias-.
Las respuestas proporcionadas por portavoces militares a 19 de esas 46 muertes de menores revelan -como pudo comprobar EFE- cómo Israel tiende a acusar a los niños de haber lanzado artefactos explosivos, piedras o incluso «botellas que contienen ácido» sin importar si lo corroboran testigos o pruebas visuales. En al menos ocho casos (42% de los 19), el Ejército califica a los menores de “terroristas”.
«Los niños palestinos son terroristas, mientras que los niños estadounidenses o israelíes no lo son», llora Bahjat, el padre de Mohamed. “¿Por qué la vida de mi hija”, dice, señalando a Sila, “vale menos que la de los demás?” insiste, y dice que ya están hartos de no poder viajar ni estudiar en el njero debido a la ocupación israelí.
Alia también describe cómo un capitán del ejército vino a interrogarlos y registrar la escena del asesinato. Pero afirma que los amenazó diciendo que iban a hacer lo mismo que en Gaza o Jenín (norte de Cisjordania), donde el Ejército ha expulsado a más de 20.000 palestinos de sus hogares desde enero.
Una rara investigación militar -quizás la única completada este año- cubre la muerte en enero de dos primos, de 8 y 10 años, y otro de 23 años, en el ataque de un dron israelí contra el campo de refugiados de Tamun, en la gobernación palestina de Tubas.
El Ejército reconoció haberlos confundido con “adultos colocando un artefacto explosivo” antes de que el comandante encargado de Cisjordania aprobara el disparo, según reveló el diario Haaretz. Posteriormente, el Ejército no encontró explosivos en el lugar y no hay proceso penal contra los perpetradores.
«Los soldados gozan de total impunidad para actuar con brutalidad e incluso asesinar», dice a Efe un portavoz de la ONG israelí B’Tselem, que obtuvo un vídeo en el que Mohamed aparece de espaldas, con los brazos cruzados, poco antes de recibir un disparo desde lejos.
«El mensaje claro que el liderazgo israelí transmite a soldados y colonos es que las vidas palestinas son prescindibles», añade esta organización, que considera que el objetivo último es la «limpieza étnica».
Alia recuerda con cariño que su hijo quería ser cardiólogo. Muestra una foto en su celular en la que Mohamed juega con un estetoscopio de plástico. Pero sabe que está muerto y trata de encontrar consuelo repitiendo que era inocente y que nunca hizo nada malo.
«Mi hijo está vivo con Dios. Es un motivo de orgullo para nosotros y, a pesar del gran dolor, hay satisfacción personal porque morir como mártir (como llaman los palestinos a los asesinados por Israel) es un honor», afirma.
