La privacidad está muriendo desde que llegó ChatGPT. Ahora nuestra obsesión es que la IA nos conozca lo mejor posible – El diario andino
Durante años hemos aprendido a desconfiar. No compartir demasiado, sospechar de cada uno. hacer clicde cada forma, de cada permiso extra que nos pedía el móvil o alguna app. Fruncir el ceño. La privacidad era el último bastión de la dignidad digital, el