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Venezuela | ¿Por qué Donald Trump abre la puerta a negociar con Nicolás Maduro en pleno despliegue militar en el Caribe? | USS Gerald R. Ford | Estados Unidos | Tlcnota | MUNDO – El diario andino

Venezuela | ¿Por qué Donald Trump abre la puerta a negociar con Nicolás Maduro en pleno despliegue militar en el Caribe? | USS Gerald R. Ford | Estados Unidos | Tlcnota | MUNDO – El diario andino

En un giro sopresivo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el domingo que “podría haber discusiones con Nicolás Maduro” porque “Venezuela quiere hablar”, incluso mientras Washington endurece la presión militar y diplomática sobre Caracas. El comentario llegó el mismo día en el que se confirmó la entrada del portaaviones USS Gerald R. Ford al mar Caribe para formar parte del mayor despliegue naval estadounidense en la zona en años, y cuando el Departamento de Estado informó que se dispone a designar como organización terrorista al llamado Cártel de los Soles, la red de militares y funcionarios venezolanos acusados de operar el narcotráfico bajo el amparo del régimen de Maduro. ¿Qué puede pasar ahora?

“Podríamos tener algunas discusiones con Maduro, y ver qué resulta de ello… A ellos les gustaría hablar. ¿Qué significa? Dímelo tú, no lo sé… Yo hablaría con cualquiera, veremos qué pasa, dijo Trump a los periodistas en el aeropuerto internacional de Palm Beach, en Florida.

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MIRA: El USS Gerald R. Ford en el Caribe: expertos alertan de riesgos para América Latina ante la ofensiva de EE.UU. contra Venezuela

Trump insistió en que Venezuela está buscando el diálogo. El mandatario estadounidense no precisó la fecha de las conversaciones ni quién se encargaría de ellas.

El presidente de Estados Unidos Donald Trump habla con los periodistas antes de abordar el Air Force One al partir del Aeropuerto Internacional de Palm Beach, el 16 de noviembre de 2025. (Foto de Jim Watson / AFP).

/ JIM WATSON

El republicano habló minutos después del anuncio del Departamento de Estado sobre designar, a partir del 24 de noviembre, como organización terrorista njera (FTO, en inglés) al Cártel de los Soles, la supuesta mafia del narcotráfico que según Washington es encabezada por Maduro y su cúpula militar y política.

Horas antes el mismo domingo, el jefe del Comando Sur, el almirante Alvin Holsey, informó que el portaaviones USS Gerald R. Ford entró a aguas del Caribe con el objetivo de “combatir las amenazas transnacionales”.

El USS Gerald R. Ford (CVN 78), el portaaviones más grande del mundo navegando por el Estrecho de Gibraltar el 1 de octubre de 2025. (EFE/Alyssa Joy/Marina de Estados Unidos).

(El Comercio)

El portaaviones acompañará a la Unidad Expedicionaria 22 a bordo del USS Iwo Jima, como parte de la operación militar Lanza del sur, que está relacionada con la lucha de Washington contra el narcotráfico originado en Latinoamérica y que se presenta en un momento marcado por la creciente presión del Gobierno de Trump sobre Venezuela.

En cuanto al supuesto acercamiento que estaría buscando Maduro con la Casa Blanca, el diario The New York Times publicó que el líder chavista ofreció en octubre a Estados Unidos abrir proyectos de petróleo y oro a empresas estadounidenses, otorgar contratos preferenciales, redirigir exportaciones de petróleo (actualmente enviadas a China) hacia EE.UU., y cancelar o revisar acuerdos mineros y energéticos con potencias como China, Irán y Rusia.

Además, según el Miami Herald, representantes del régimen de Maduro —como los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez— habrían propuesto un “gobierno de transición” sin Maduro para dar estabilidad política, aunque fuentes oficiales venezolanas lo han negado.

El mandatario de Venezuela Nicolás Maduro (centro) conversa con su ministro de Defensa, Vladimir Padrino López (derecha), y el general Domingo Hernández, el 22 de enero de 2025. (Foto de Francisco Batista / Presidencia de Venezuela / AFP).

/ FRANCISCO BATISTA

A inicios de noviembre, el New York Times publicó que el gobierno de Trump ya tenía una serie de opciones de acción militar en Venezuela, incluidos ataques directos contra unidades militares que protegen a Maduro y maniobras para tomar el control de los campos petrolíferos del país.

También se contempla la posibilidad de desplegar unidades élite como Delta Force o Navy SEAL para capturar o eliminar a Maduro.

Además, se usarían armas de largo alcance y drones para minimizar el riesgo de bajas estadounidenses.

Maduro ha sido imputado en Estados Unidos por cargos de narcotráfico, y Washington ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.

«Maduro no tiene cómo negociar»

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, señalado por la Casa Blanca de liderar el Cártel de los Soles. (Jim WATSON y Federico PARRA / AFP).

/ JIM WATSON FEDERICO PARRA

El estratega político José Vicente Carrasquero, profesor de Ciencias Políticas en el Miami College, explica a El Comercio que la idea de un diálogo entre Estados Unidos y Maduro debe leerse con cautela. “Trump usó la palabra conversar. Conversar no significa negociar”, enfatiza.

A su juicio, Maduro busca desesperadamente un canal con Washington: “sabrá Dios lo que quiere ofrecer”.

Pero recalca que el chavista enfrenta un obstáculo de origen: Estados Unidos no lo reconoce como presidente legítimo de Venezuela y, más aún, lo considera el jefe del Cártel de los Soles, catalogación que lo coloca en una posición sumamente desfavorable.

Carrasquero considera que la propuesta de Maduro de ofrecer petróleo, oro y otros recursos estratégicos a empresas estadounidenses a cambio de algún tipo de negociación política está desconectada de la realidad: Venezuela perdió relevancia petrolera. Su producción es tan baja que ni altera el mercado internacional. Y Estados Unidos produce hoy más petróleo que Arabia Saudita y Rusia juntos. El petróleo no es el incentivo”.

La preocupación central de Washington contra Maduro, dice, es otra: la acusación de narcotráfico y la amenaza que, según Trump, representa el flujo de drogas hacia EE. UU. “Ese es el factor, no los recursos energéticos, que define la postura norteamericana”, expresa Carrasquero.

Por su parte, Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa e inteligencia, manifiesta a El Comercio que la posibilidad de que Trump abra una vía de diálogo con Maduro sorprende incluso dentro de Estados Unidos.

Para el analista, la idea de negociar “suena a contradicción” en un momento en que Washington acaba de anunciar la Operación Lanza del Sur, acompañada de un despliegue militar en el Caribe y del arribo del portaaviones USS Gerald R. Ford. Esa simultaneidad, dice, “confirma lo impredecible que es Trump” y expone las múltiples líneas de acción no coordinadas dentro del propio Gobierno Estadounidense.

Gómez de la Torre recuerda que el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado para Venezuela Richard Grenell negociaban por separado con Caracas sin saber el uno del otro, un reflejo –dicede las tensiones internas entre los sectores de “línea dura” y “línea blanda” del establishment de seguridad en Estados Unidos.

A esto se suma un dato clave: “Hace pocos días Trump recibió, a través del secretario de Defensa, un paquete completo de opciones militares, que van desde una intervención al estilo Panamá (1989) o Granada (1983), hasta operaciones selectivas de eliminación física similares a la que terminó con Osama Bin Laden, o acciones con drones como la que mató al general iraní Qassem Soleimani. También se evalúan operaciones ctivas de Maduro, asevera Gómez de la Torre.

Según el especialista, todas estas opciones “están sobre la mesa”, pero el giro hacia la negociación no implica necesariamente un cambio en la visión estratégica de fondo: “El sector seguridad siempre ha apuntado a la captura de Maduro y a llevarlo a Estados Unidos para ser juzgado, como ocurrió con Manuel Antonio Noriega”.

En ese contexto, la idea de un diálogo coexistiría con la intención de erosionar las bases del régimen chavista, el verdadero objetivo de Washington y de la oposición venezolana. Sin embargo, la negociación se vuelve más compleja por la posición de los hermanos Rodríguez, figuras centrales del chavismo, quienes —según el analista— estarían dispuestos a sacrificar a Maduro si con ello aseguran su propia permanencia en el poder, abriendo la puerta a una “transición indefinida” que preserve sus intereses, especialmente en el sector energético.

A esto se suma el llamado “plan B” de Maduro, que incluiría rutas de escape hacia Nicaragua con destino final en Cuba, o incluso un exilio estilo Bashar al Assad hacia Rusia.

El escenario se enreda aún más por la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista. “Estados Unidos no negocia con terroristas o narcotraficantes”, advierte Gómez de la Torre, algo que ubica cualquier conversación con Caracas en una zona de contradicción política y moral.

“Trump suele mostrar dureza”, concluye el analista. Y aunque la negociación esté ahora sobre la mesa, su viabilidad es incierta: la historia reciente demuestra que los intentos de diálogo con el chavismo no han dado resultados, y en Washington persiste la desconfianza sobre cualquier salida que no implique un quiebre definitivo del régimen, sostiene Gómez de la Torre.

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, observa a una soldado que sostiene un misil tierra-aire portátil Igla-S de fabricación rusa, durante un ejercicio de entrenamiento en Caracas el 11 de noviembre de 2025. (AFP).

/ HANDOUT

Preguntado sobre si Estados Unidos estaría dispuesto a negociar la permanencia de Maduro en el poder, Carrasquero es categórico: “Estados Unidos quiere descabezar el cártel, y ellos identifican a Maduro como su jefe”. Recuerda que en Nueva York ya existe un proceso judicial abierto en su contra, en el que “dos generales venezolanos se han declarado culpables”.

A eso se suma la debilidad política interna: más del 70 % de los venezolanos rechaza a Maduro y no ganó limpiamente las elecciones de julio del 2024. “¿Cuál es su posición negociadora? Prácticamente ninguna”, apunta.

Según el experto, la próxima designación por parte del departamento de Estado del Cártel de los Soles como organización terrorista njera es un paso crítico que transformará por completo el mapa de riesgos para el chavismo: “Esto ya no es solo un asunto financiero, como cuando fue designado por el Departamento del Tesoro. Esta nueva clasificación permite pedir diciones de altos funcionarios, como por ejemplo Delcy Rodríguez, si pisan terceros países, y habilita acciones militares más determinantes sin necesidad de declarar una guerra formal”.

Para EE. UU., explica Carrasquero, se trataría de un enfrentamiento de orden público transnacional, una categoría que amplía notablemente su margen de acción.

En este contexto, cualquier expectativa de negociación seria parece distante. “Maduro quiere hablar, pero no tiene cómo negociar”, concluye el analista, mientras los movimientos militares estadounidenses en el Caribe y las decisiones jurídicas en Washington estrechan drásticamente el cerco sobre el régimen venezolano.

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Redactor Andino