Los fabricantes de automóviles europeos enfrentaron multas de milmillonario en 2025. Los han pospuesto gracias al miedo


Se sabía desde 2019 que se implementarían ciertas regulaciones, pero este 2025 resultará ser diferente. Las nuevas regulaciones de transmisión de la Unión Europea para el Turismo se pospondrán … hasta 2027 y con algunas consideraciones importantes. Después de meses de presión ejercida por los fabricantes de automóviles, las instituciones europeas han optado por una prórroga que alivia ciertas condiciones, aunque no cambia la naturaleza de las restricciones impuestas a los automóviles de combustión interna.
Esto es lo que nos depara el futuro inmediato.
Desde 2019, se introdujo el Pacto Verde Europeo, un marco que en efecto estableció límites de emisiones más severos que los que anteriormente estaban en vigor para los fabricantes. Se mencionó la intención de limitar las emisiones máximas a 80.8 gr/km de CO2. Este objetivo ambicioso destaca que, para el año 2035, se espera que todos los automóviles vendidos tengan cero emisiones, especialmente aquellos con motores de combustión interna.
A lo largo de los años, este límite se ha ajustado, estableciendo una meta de 93.6 gr/km de CO2 como el estándar a seguir. Con un énfasis marcado en la regulación, se esperaba que los fabricantes no pudieran exceder este límite a partir de 2025, y esta barrera permanecería en vigor hasta 2029. Luego, se planteó un objetivo aún más exigente de 49.5 gr/km de CO2, y se espera que todos los automóviles vendidos sean neutrales en términos de emisiones a partir de 2035.
La multa ha sido la principal preocupación para los fabricantes de automóviles. Para calcular esta penalización, se evalúa el promedio de emisiones de dióxido de carbono de la flota de vehículos vendidos, el cual no debe superar los 93.6 gr/km. De no ser así, las multas podrían ser astronómicas.
Concretamente, el fabricante tendría que abonar 95 euros por cada gr/km de CO2 que supere el límite … por cada automóvil vendido. Por ejemplo, si las emisiones promedio de los vehículos vendidos fueran de 94.6 gr/km de CO2 (un aumento de 1 gr/km respecto al límite permitido), el fabricante enfrentaría un costo de 95 euros por cada vehículo. Si se venden un millón de automóviles en Europa, esto se traduciría en una penalización de 95 millones de euros.
Este problema ha afectado de manera considerable a compañías como Volkswagen, Ford, Stellantis, Renault e incluso Toyota. En la primera mitad de 2024, todos estos grupos de automóviles excedieron los 100 gr/km de CO2, lo que resultó en multas que oscilaron entre 665 y 4,700 millones de euros según las estimaciones de Motor.es.
Y así comenzó la presión. Ante la inminente crisis que se avecinaba, los fabricantes empezaron a lanzar críticas y advertencias. Mencionaron medidas que consideraron poco realistas, y la ACEA (Asociación de Constructores Europeos de Automóviles) indicó que se ponían en juego hasta 16,000 millones de euros. Esto representaba un duro golpe para la economía de los fabricantes europeos que buscaban soluciones urgentes, especialmente frente a la competencia emergente de automóviles chinos que están ganando terreno en el mercado de vehículos de bajo costo y enchufables.
Por si fuera poco, alertaron sobre lo que vendrá: automóviles más caros. El aumento en el costo del desarrollo de vehículos sería un factor determinante. También se destacó que los automóviles de gama baja enfrentarían mayores dificultades al electrificarse, lo que destruía su margen de beneficio. Además, si los fabricantes no lograban vender suficientes automóviles de combustión para no afectar las emisiones promedio, se verían obligados a realzar sus precios para mantener la rentabilidad.
Se conoció oficialmente. El Parlamento Europeo ha votado (con 458 votos favorables, 101 en contra y 14 abstenciones) para confirmar lo que ya se había discutido en marzo. Durante esas deliberaciones, la Comisión Europea ya había dado su apoyo a una flexibilización en las regulaciones de emisiones. Esto ha representado un aplazamiento notable en las regulaciones, ya que hasta 2027 los fabricantes no estarán obligados a cumplir con las requisitos establecidos, aunque con algunas matices a considerar.
¿Qué ha sido aprobado? Un cambio que se entiende mejor en términos de forma que de fondo. Aunque se mantienen los 93.6 gr/km de CO2, los fabricantes contarán con un periodo entre 2025 y 2027 para adaptarse a estas exigencias. Una vez que llegue 2027, se realizará una evaluación del promedio de las emisiones de los vehículos vendidos desde este año. Esto implica que los fabricantes tendrán que compensar por los excesos de 2025 en los años posteriores.
Un fabricante que sobrepase en 10 gr/km de CO2 en 2025 no enfrentará sanciones, pero en 2026 y 2027 tendrá que compensarlo. Tendrá la opción de reducir las emisiones en cinco gramos por kilómetro por debajo de las regulaciones en 2026 y 2027, o podrían acumular los excesos de 2025 y 2026 y, por lo tanto, necesitarian vender una cantidad considerablemente inferior a los 93.6 gr/km de CO2 el año pasado.
Una salida viable. ¿Qué opciones tiene un fabricante que no cumple con los límites establecidos? La solución más pragmática para evitar multas es probablemente formar un consorcio con otras empresas que estén muy por debajo de los límites exigidos. ¿Quiénes son? Fabricantes como Tesla, que efectivamente cuentan con emisiones muy bajas al ofrecer únicamente vehículos eléctricos, o BYD, que se especializa en automóviles enchufables.
Esta alternativa ya había sido contemplada con anterioridad para 2025. Resultará esencial para aquellas marcas más pequeñas que presentan un nivel de electrificación reducido, como Mazda. Sin embargo, también se están explorando alianzas con otras grandes empresas como Stellantis, que contemplan asociaciones para poder cumplir con los requisitos de venta de automóviles electrificados, lo que les otorgaría tiempo para ajustar sus emisiones o, en el peor de los casos, adquirir menos créditos de carbono en 2025.
¿Qué podemos anticipar? Un incremento gradual en las ventas de automóviles enchufables (tanto híbridos como eléctricos) y una aceleración notable hacia 2027. Si es necesario, se implementarán medidas automatizadas para reducir las emisiones a niveles registrados, siempre que se mantengan las regulaciones en pie y no se produzcan cambios.
¿Quién se beneficiará? La flexibilización de las normativas representa un verdadero alivio para algunos fabricantes. Renault, por ejemplo, está en medio del lanzamiento de su modelo Renault 5, que ha logrado unas ventas exitosas y eso les permitirá reducir sus niveles de emisiones. También han introducido el Renault 4 en el mercado y planean lanzar una berlina en el futuro cercano. Volkswagen, por su parte, se dirige hacia la oferta de un automóvil eléctrico asequible de 25,000 euros y otros modelos más económicos para 2027. Asimismo, marcas como Skoda y Cupra están en una posición favorable para experimentar buenos resultados.
Mercedes también tiene una oportunidad favorable con su modelo CLA, que esperan sea clave para incrementar su volumen de ventas. No obstante, deberán evaluar el impacto de su controvertida plataforma cargada exclusivamente con enchufes de 800 voltios, que podría resultar poco beneficiosa. A su vez, Toyota, a pesar de ofrecer híbridos, se ha visto superada en cuanto a emisiones promedio. Sus nuevos modelos híbridos eléctricos y enchufables deberían servirles para alcanzar los estándares en un futuro próximo.
¿Y quién sale perjudicado? Aunque la reestructuración normativa parece ser un alivio para Stellantis, Carlos Tavares criticó fuertemente en su momento la perspectiva de un cambio en las regulaciones, aseverando que penalizaría a aquellos que, como ellos, habían invertido en una oferta robusta de vehículos altamente electrificados. Las noticias tampoco son favorables para aquellas marcas que han decidido apostarle al eléctrico de forma decidida, como es el caso de Volvo.
Y, por supuesto, resulta ser un panorama negativo para los fabricantes que han centrado su negocio en automóviles eléctricos y modelos híbridos enchufables. Marcas como BYD o Tesla contaban con una excelente oportunidad para incrementar sus ingresos a expensas de sus competidores. Sin embargo, este contexto puede cambiar a futuro y, en 2027, las condiciones podrían no ser similares.
Foto | Volkswagen y Pascal Bullan
En | España fabricará el automóvil eléctrico que Europa necesita. La apuesta de Stellantis por Vigo y Zaragoza es la evidencia palpable.